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Facebook: ¿Una burbuja que se desinfla?

May 29, 2012, 20:26:31 3 comentarios

El 18 de Mayo del presente Facebook sorprendió a los mercados con su incursión en la Bolsa de Valores alcanzando una cotización de $38.00 por acción.

A 11 días de su entrada en NASDAQ, el mercado de valores relacionado con la tecnología, ha presentado una pérdida consistente del valor de las acciones, con una caída acumulada hasta hoy del 24%.

¿Cómo se crea una burbuja?

En el mercado bursatil, se denomina burbuja a aquellos instrumentos que presentan un crecimiento inusitado, repentino, que no es facil explicar por los mecanismos tradicionales.

Al fin de cuentas, los valores que la gente adquiere a través del mercado bursatil representan una promesa de cambio por un valor tangible y el que dicho cambio se presente, depende de las acciones concretas que la empresa emisora realice para garantizar un crecimiento sustentable de esta.

La gente recurre a la información financiera proporcionada por las empresas que cotizan para darse una idea del valor de éstas y estimar, en base al escrutinio del desempeño histórico de las estrategias adoptadas por estas para impulsar su propio crecimiento, el valor futuro que pueden efectivamente alcanzar.

En base a estas suposiciones, se realizan las transacciones bursátiles. Como es evidente, el empleo de información privilegiada que ponga en evidencia las acciones concretas que las empresas tengan planeadas en lo relativo a sus operaciones, se constituye en un delito.

Lo que todo esto quiere decir, en términos llanos, es que los accionistas son una especie de apostadores que basan su criterio en su percepción de cómo pueden resultar sus apuestas si asumen una determinada postura.

En función de esta percepción, compran las acciones cuando las condiciones son más favorables para ellos y las venden cuando perciben vientos de cambio que les hacen sentirse más cómodos con la idea de venderlas.

Algunos instrumentos bursátiles parecen excelentes en primera instancia. Aunque sería muy injusto culpar de la crisis financiera en Estados Unidos durante el 2008 a Bernard Madoff, ya que la crisis per se tuvo su origen en circunstancias mucho más complejas, si menciono a este señor para explicar cómo se forman las burbujas económicas.

Madoff creó una serie de instrumentos bursátiles -activos tóxicos-, que ofrecían un valor de retorno sobre la inversión sospechosamente superior al común de los activos bursátiles.

La idea era bastante sencilla: se ofrecía al inversionista un paquete de activos con un retorno de inversión increible, confiando en que dicho inversionista mantendría su dinero invertido y no lo reclamaría por efectos de su propia ambición.

Cuando algún inversionista decidía reclamar su inversión más sus dividendos, Madoff se financiaba del dinero depositado por los demás inversionistas. Una jugada genial.

Esto podría haber continuado indefinidamente, de no ser por el colapso del mercado hipotecario que perfiló la crisis que todos conocemos.

De pronto, Madoff no pudo continuar financiándose con las cuentas de sus demás clientes y la burbuja estalló.

Es necesario indicar que no todas las burbujas se originan con fraudes como el de Madoff. Algunas son producto de la sensación de que se ha encontrado el santo Grial de las finanzas, como ocurrió durante los 90s con las empresas punto com.

En los 90s, la gente solo tenía que mencionar las palabras mágicas «punto com», para que los inversionistas de riesgo abrieran sus carteras. Fue el periodo al que hoy se denomina el «Boom de las punto com».

La percepción en aquella época era que el futuro necesariamente tenía que estar en la naciente Internet y en toda la tecnología que se desarrollara a su alrededor.

Muchos inversionistas de capitales de riesgos, ingresaron al mundo de la Internet por no quedarse fuera cuando las nacientes empresas se convirtieran en los gigantescos emporios que hoy son compañías como Google.

Esto condujo a una economía inflada que no pudo sostenerse debido a que las punto com no estaban produciendo los rendimientos que ofrecían, hasta que Greenspan decidió reventar la burbuja mediante una política monetaria altamente restrictiva.

El mercado de valores es un mercado de ilusiones. Es un mercado donde el principal valor, el principal ingrediente, es la percepción. Por eso es susceptible a la formación de burbujas económicas que tarde o temprano deberán reventar.

Este es el caso de Facebook, con más de 900 millones de usuarios repartidos a lo largo y ancho del globo.

Si las acciones de Facebook llegaron a un valor de $38.00 dólares la acción, fue debido al poder que tiene esta red social de alcanzar a una masa crítica de usuarios, que día a día confiesan sus aconteceres en la red.

Esto motivó a los inversionistas a reclamar su tajada del pastel, considerando a Facebook como el medio obligado para vender publicidad.

No obstante, quizás debido a estrategias inadecuadas, Facebook no ha sido el mejor de los medios para colocar espacios publicitarios.

Para comprender el porqué de tal aseveración considere el uso que usted mismo da a Facebook.

La gente que usa Facebook, lo hace como un mecanismo para compartir sus ideas, los momentos valiosos de sus vidas. Están más interesados en Facebook como instrumento de comunicación, que como un medio convencional de entretenimiento.

Recordemos también que la Internet, como instrumento de publicidad, no es un medio convencional. El usuario de la Internet busca aquello que necesita, no es un observador pasivo, que tolera la oferta de las empresas si desea continuar disfrutando de un contenido.

La misma mecánica de la mercadotecnia por Internet, la hace un medio que requiere estrategias distintas de ventas.

Adicionalmente, para explicar el porque de la caída experimentada por Facebook, es necesario considerar el hecho de que las personas que se quisieron aprovechar de la salida a la bolsa de esta compañía, para poder participar, debían adquirir derechos para comprar y vender.

Lo que aconteció, fue que más gente compró derechos para vender, que la que compró derechos para comprar.

El que Facebook se reponga o no de este revéz, dependerá de una definición más clara y más precisa de estrategias comerciales, que garantice a sus inversionistas un retorno aceptable de su inversión.

Si desea contactar al autor, escriba a manuelmanrique@comocrearnegociosexitosos.com.

Planeación Estratégica: Análisis FODA

abril 6, 2012, 22:27:07 4 comentarios

El valor de la planeación estratégica en los negocios

Planeación Estratégica

El valor de una apropiada Planeación Estratégica es identificar los retos a los que habrá que responder en un futuro que, tanto puede ser inmediato, como puede presentarse en el largo plazo. Esta planeación puede lograrse adecuadamente mediante un Análisis FODA, el cuál es una herramienta que permite organizar la información de la que disponemos sobre el statu quo -en un determinado instante del tiempo-, de manera que sea más sencillo identificar las acciones clave necesarias para hacer frente a los desafíos que el mercado nos plantea.

Alguna vez, durante el desarrollo de mi Maestría en Administración de Negocios, tuve que llevar a cabo un proyecto de negocios con fines académicos, pero que pronto se transformó en un reto personal que quise efectivamente realizar.

Precisamente por mi interés en formular un modelo de negocios factible, me empeñe en que fuera construido de la manera correcta desde el principio.

Investigué durante largo tiempo cada aspecto  de mi plan de negocios. En particular, dediqué bastante tiempo a conocer y comprender cómo realizar una planeación estratégica utilizando un análisis F. O. D. A. (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades, Amenzas), el cuál era crucial para el modelo de negocios que estaba desarrollando, ya que el servicio que elegí era absolutamente innovador, nadie estaba haciéndolo en su momento, yo sería el primero en ingresar al mercado con esa idea y, aunque tenía competidores muy importantes, ya posicionados en el mercado, la aceptación de mi propuesta dependía de que supiera manejar adecuadamente la innovación que ofrecía.

Lo sabía en ese momento porque años atrás tuve la oportunidad de formar parte de un equipo multidisciplinario y multinacional en un proyecto global del corporativo para el cual prestaba mis servicios en ese entonces. Cuando lo hice, puede experimentar en carne propia cómo la preparación conduce al éxito. Este es el valor real de cualquier tipo de planeación.

Así que -con la idea de estar debidamente preparado para cada circunstancia que se pudiera presentar en mi emprendimiento, busqué exhaustivamente información que me ayudara a realizar un análisis FODA efectivo y pronto dí con un documento emitido por la Dirección de Planeación y Organización, de la Secretaría Técnica, del Instituto Politécnico Nacional, «Metodología para el Análisis FODA«.

Lo recomiendo ahora por dos razones: la primera y más obvia es que yo mismo soy egresado de una carrera con plan de estudios del IPN, que estudié en una Universidad incorporada a dicha institución. Si alguien sabe sobre la calidad de la enseñanza que los programas del Politécno dan, soy yo. Cuando consideraba ingresar a esa carrera, investigué diferentes opciones y no tardé en descubrir que el plan de estudios de la carrera de la que hablo -a nivel licenciatura-, era casi identico al plan de estudios a nivel maestría en una Universidad en Austin, Texas.

La segunda razón es que este documento hizo por mí lo que no conseguía leyendo libro tras libro de administración: darme una respuesta objetiva que me permitiera comprender cabalmente el porqué de cada etapa.

He notado que hay una gran cantidad de gente que desea conocer los fundamentos de la filosofia corporativa y -por la experiencia que he tenido-, considero que esto es posible una vez que se ha comprendido el papel de la planeación estratégica conducida a través del Análisis FODA. Será obvio para usted el porqué de esta aseveración conforme avancemos en este estudio. Más aún, también hay mucha gente que desea saber como realizar un Análisis FODA así que, empecemos:

El Análisis FODA

Lo primero es conocer a qué nos referimos con cada uno de los conceptos de los que se integra el acrónimo FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades, Amenzas).

¿Qué son las Fortalezas?

Las fortalezas son todos aquellos aspectos en los que nuestro emprendimiento supera la oferta de nuestros competidores.

 

 

Fortalezas

Las fortalezas son todos los factores sobre los que podemos ejercer un control directo como empresa. De ahí que se acote que se refieren a aspectos internos. Es decir, La empresa puede controlarlos, porque se cuenta con los medios para hacerlo; además, son aspectos positivos de la empresa, que le dan ventaja competitiva sobre las demás empresas con un giro similar al nuestro.

¿Qué son las Debilidades?

Las Debilidades son aquellos aspectos que -aún estando bajo nuestro control-, no hemos sido capaces de combatir y que limitan nuestra capacidad para responder a los retos que nos planeta el mercado.

 

 

Debilidades

Las debilidades son todos esos factores que -estando bajo nuestro control-, no hemos sabido manejar y que limitan nuestra capacidad para hacer frente a los retos que nos plantea el mercado. También son de naturaleza interna. Es decir, podríamos resolverlos por nuestros propios medios con estrategias adecuadas que minicen su efecto y nos hagan más eficientes.

¿Qué son las Oportunidades?

Las Oportunidades son circunstancias fortuitas que favorecen el cremiento de la empresa, sobre las cuáles la empresa no ha podido ejercer una influencia directa.

 

 

Oportunidades

Las oportunidades son eventos que se presentan en el mercado sin que tengamos un control sobre ellos, que representan aspectos positivos para nuestra empresa y la posibilidad de hacerla crecer. Son de naturaleza externa, ya que surgen a consecuencia circunstancias particulares que tienen lugar en el mercado, sobre las cuáles no hemos podido ejercer una influencia directa.

¿Qué son las Amenazas?

Las amenazas representan eventos que no podemos controlar y que limitan nuestra capacidad para enfrentar los retos que nos plantea el mercado.

 

 

 

Amenazas

Las amenazas también son externas, dado que como empresa no podemos influir en su ocurrencia y representan limitantes para nuestro crecimiento en el sentido de que acotan nuestra capacidad para competir.

 

 

 

 

Listas planas

El propósito de las Listas Planas

Lo primero que debemos hacer -para iniciar nuestro análisis FODA-, es identificar y enumerar las Fortalezas y Debilidades que -como empresa-, tenemos y hacer lo propio con las Oportunidades que nos brinda el mercado, así como con las Amenazas que nos plantea.

Es conveniente que utilicemos alguna codificación para identificar de manera única y exclusiva a cada una, Por ejemplo, anotar una F, seguida por un número consecutivo, ayudará a identificar de manera exclusiva a cada Fortaleza. Lo mismo aplica a las Debilidades -usando una D y un número consecutivo, las Oportunidades -con una O- y las Amenazas -con una A-.

Sería una excelente idea involucrar a su equipo de trabajo. Recordemos que -como individuos-, podríamos cerrarnos a las situaciones específicas que podemos apreciar y ser completamente ciegos ante otras que simplemente no podemos visualizar.

Es redundante puntualizar la extrema importancia de la objetividad y la honestidad durante este proceso. Si nos esforzamos por crear una lista que sólo considere los aspectos que nos gustan y evadimos otros aspectos que -siendo muy reales-, nos sentimos cómodos al ignorar, no estaremos haciendo un análisis objetivo y el resultado será una planeación bastante endeble, que colapsará ante los signos de la primera dificultad importante que debamos enfrentar.

La Matriz FODA

¿Cuál es la función de la Matriz FODA?

Su función es correlacionar -en una base de uno a uno-, las Fortalezas, Debilidades. Oportunidades y Amenazas, con el fin de determinar las acciones concretas que se requiere llevar a cabo para, ya sea, maximizarlas o minimizarlas.

Una vez que hemos creado nuestras Listas Planas da inicio el verdadero análisis. Comenzaremos correlacionando cada Fortaleza con cada Oportunidad, de manera que para cada intersección delineemos un conjunto de acciones concretas que nos ayuden a maximizar el impacto tanto de las Fortalezas, como de las Oportunidades. Como puede entenderse, ya que buscamos maximizar ambas -Fortalezas y Oportunidades-, las estrategias que identifiquemos en este punto serán estrategias Maxi-Maxi. En otros términos, las estrategias que delineamos en este punto, definen acciones clave concretas que nos ayudarán a sacar la mayor ventaja de nuestras Fortalezas y aprovechar al máximo las Oportunidades que nos ofrece el mercado. Es necesario precisar en este punto que no necesariamente todas las Fortalezas se relacionan con todas las Oportunidades. Es decir, podría ser que algunas Fortalezas se relacionen -o tengan algún punto de convergencia-, con algunas de las Oportunidades, pero tambien podría ocurrir lo contrario. En todo caso, nos enfocaremos en identificar las intersecciones que tienen sentido para nuestros propósitos.

Completado lo anterior, haremos lo mismo, correlacionando esta vez las Fortalezas con las Amenazas. El enfoque será ahora maximizar -o sacar la mayor ventaja posible de- nuestras Fortalezas, a la vez que deseamos minimizar el impacto de las Amenazas; en otras palabras, en esta ocasión estamos formulando estrategias Maxi-Mini. De igual manera, recordemos que no es obligatorio que todas las Fortalezas se relacionen con todas las Amenazas.

Hecho esto, correlacionaremos ahora las Debilidades con las Oportunidades, en la búsqueda por minimizar el impacto de nuestras Debilidades al tiempo que maximizamos el efecto de las Oportunidades. En este caso, las estrategias son Mini-Maxi. De la misma manera que en los casos anteriores, no necesariamente se correlacionan todas las Debilidades con todas las Oportunidades.

Ahora debemos realizar el mismo procedimiento para correlacionar las Debilidades con las Amenazas. En este caso se trata de estrategias Mini-Mini. Así mismo, recordemos que no necesariamente se relacionarán todas las Debilidades con todas las Amenazas.

Una vez concluido este análisis, el producto final será un conjunto de estrategias diseñadas específicamente para atender de manera efectiva y oportuna a cada una de las Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas.

La Matriz de Interacciones

El propósito de la Matriz de Interacciones

Gracias a la Matriz de Interacciones podremos identificar rápidamente cómo se establece la correlación entre cada una de las Fortalezas y Debilidades con respecto a las Oportunidades y Amenazas, además de que podremos asignarles un peso -o importancia-, que nos indique a qué atender primero.

Una vez que identicamos las estrategias apropiadas para cada intersección en la Matriz FODA, ahora crearemos una versión más simplificada de dicha matriz, colocando la identificación de las Fortalezas y Debilidades -que definimos desde que elaboramos las Listas Planas-, como encabezado superior de la tabla y la identificación de las Oportunidades y Amenazas -también definida durante la elaboración de las Listas Planas-, como encabezado lateral izquierdo de la misma (ver figura superior).

Lo siguiente será colocar un cero «0», en la intesección entre una columna -ya sea de Fortaleza o Debilidad-, con un renglón -ya sea de Oportunidad o Amenaza-, cuando no existe relación alguna entre ellas, un signo más «+», cuando existe relación entre ellas y -quizás-, un doble signo más «++», si la relación entre ambas es muy estrecha.

Hay quienes prefieren anotar un valor numérico. La escala es cuestión suya. Galileo solía decir que si algo no es mensurable, uno debería buscar la manera de medirlo y una forma de hacerlo, es identificar distintas caraterísticas -o categorías- y asígnarles un valor nominal a cada una. Por ejemplo, podría desarrollar la siguiente tabulación:

  1. Sin importancia aparente
  2. Trivial
  3. Importante
  4. Vital

Luego, hacer lo mismo que con la simbología (0, +, ++) y anotar uno de los valores numéricos asociados a nuestra propia taxonomía en cada una de las intersecciones, según se relacionen las columnas con los renglones.

Al terminar, sumamos los valores de cada renglón para sacar un total por renglón y de cada columna, para sacar un total por columna. Luego, podemos construir un diagrama de Pareto, en el que ordenamos de mayor a menor los totales obtenidos tanto de las columnas como de los renglones y -de esta manera-, tendremos una visión bastante clara de cuáles deben ser nuestros objetivos primordiales; es decir, cuáles debemos atender primero.

La dinámica del análisis FODA a través del tiempo

¿Cuándo hacer el Análisis FODA?

El análisis FODA no debe limitarse al instante actual. Recuerde que las circunstancias en que vive inmersa su empresa cambiarán con el tiempo. Haga también un Análisis FODA conforme a sus estimaciones de lo que ocurrirá en el mediano y largo plazo.

Es natural suponer que cuando diseñamos nuestra Matriz FODA, lo hacemos dentro de un contexto contemporáneo. Es decir, quizás nos limitemos al instante en que lo realizamos, considerando únicamente las circustancias prevalescientes en dicho momento. No obstante, es importante proyectar en base a una estimación que lo que puede acontecer ante diversos escenarios en el futuro, y realizar un Análisis FODA para cada caso que podamos identificar.

Para comprender adecuadamente esto, supongamos que las cosas funcionan exactamente como esperamos a través de nuestros objetivos; el Análisis FODA que recién hicimos quizás cubra solo el momento actual. Sin embargo, una adecuada planeación cubrirá no solo el corto, sino también -y además-, el mediano y largo plazo.

Consideremos  como corto plazo algo que ocura dentro del presente año, como mediano plazo cualquier evento que tenga lugar dentro de los primeros 3 años de operaciones y como largo plazo todo lo que ocurra de los 5 años en adelante.

Es facil comprender que las circunstancias de hoy, muy probablemente no serán parecidas a las que tendremos dentro de 3 años ni -mucho menos-, las que enfrentaremos dentro de 5 años. Si todo sale de acuerdo a lo planeado, el tamaño de nuestra empresa será diferente en los distintos periodos, ergo, las necesidades.

Luego entonces, realizar este análisis para cada era es fundamental. Es cierto que no tenemos la certeza de que lo que proyectamos efectivamente tendrá lugar, más -sin embargo-, nos dará la tranquilidad de estar preparados para enfrentar lo que venga.

La Planeación Estratégica

La ventaja de estar preparados

Una vez que conocemos las estrategias que debemos implementar en pro del crecimiento de nuestro negocio, convirtámoslas en objetivos poniéndoles fecha y agendando su ejecución. Mantengámonos alerta al cumplimiento de cada objetivo que formulemos.

Hecho nuestro Análisis FODA, es momento de agendar el desarrollo de cada una de las estrategias enumeradas, así como de definir de qué manera vigilaremos su cumplimiento, cómo lo evaluaremos y de qué manera implementaremos las acciones preventivas y correctivas que consideremos pertinentes.

Haremos esto revisando la lista de estrategias que hemos preparado mediante el Análisis FODA y pondremos fecha a la realización de cada una. Además, estableceremos procedimientos de supervisión y ajuste que podemos visualizar como un plan de contingencias para cada una.

Al hacer este trabajo estaremos convirtiendo nuestras estrategias es tácticas o, mejor aún, en objetivos concretos que nos obligamos a obedecer y realizar para alcanzar un fin común: el éxito de nuestros emprendimientos.

Conclusión

Este es el principio de la definición de nuestra filosofía corporativa, tema que trataremos en mi próximo artículo. Sin embargo, adelantaremos que la filosofía corporativa define un conjunto de actitudes deseables para el desempeño de nuestras funciones en la organización, guiadas por nuestra razón de ser y nuestras expectativas para el futuro. Evidentemente, es imposible establecer dichas actitudes si no sabemos qué tenemos que hacer ni -consecuentemente-, conocemos el rumbo hacia el cuál nos dirigimos.

Al llegar a este punto, deseablemente debemos ya comprender la importancia que tiene el Análisis FODA en el desarrollo de nuestra Planeación Estratégica. Ahora, solo debemos aplicarlo con la intención de estar preparados ante las eventualidades que nos depara el futuro, de manera que sepamos cómo responder oportunamente a los retos que nos plantea.

Fan por Fan

Como se inicia un negocio

marzo 20, 2012, 4:38:13 2 comentarios

Navegando por la Internet he encontrado mucha gente buscando «Oportunidades de Negocios». Con frecuencia visito foros y sitios en los que las personas expresan su deseo de «iniciar un negocio» pero no tienen la menor idea de cómo comenzar.

Algunos suelen preguntar si determinada alternativa es buena opción de negocios. Tienen una idea bien concreta de lo que desean emprender e imaginan que una manera de saber qué probabilidades de éxito tiene su proyecto es preguntar, lo cuál es correcto.

De hecho, todo proyecto de negocios requiere un «Plan de Negocios» que sirva como guía durante la implementación y uno de los aspectos que un Plan de Negocios debe contener es un análisis del mercado.

Sin embargo, un análisis de mercado consiste en recopilar información de fuentes diversas, de diferentes esencias -tales como la atracción que nuestros productos y/o servicios podrían despertar en el consumidor, las características relevantes de quien nos compra, la demanda que podemos esperar, nuestra participación del mercado, la cantidad de competidores que llegaremos a enfrentar, los diferentes canales de distribución para hacer llegar nuestros productos y/o servicios al consumidor, el análisis del punto de equilibrio, los costes de operación, la facilidad con la que podremos surtirnos de materiales, materia prima y/o mercancías… y muchas otras consideraciones que tienen como propósito ofrecernos un panorama de lo que podemos esperar una vez que iniciemos.

Toda esta información es muy valiosa si se sabe cómo interpretarla y qué hacer con ella. El problema es que -por increíble que parezca-, muchas personas no se toman el tiempo para estudiarla en profundidad, para valerse de ella con el fin de crear estrategias y lo que termina ocurriendo es que inician negocios cimentados en bases endebles que terminan colapsando o funcionando a medias.

Es por ello que he decidido compartir alguna información elemental en este artículo con mis lectores. No obstante, no espere un tratado. El propósito fundamental es proporcionar una luz que le ayude a visualizar el camino. Usted debe ser consciente de que deberá investigar e informarse a detalle y -¡sobre todo! tiene que tener muy presente que un proyecto de las características de la creación de un negocio-, exige que le dedique tiempo y esté dispuesto a profundizar tanto como sea necesario para tener las cosas muy en claro.

La principal razón por la que los negocios fracasan es una pobre planeación. Cuando no se tiene una idea clara de los fundamentos de un emprendimiento, la gente deja muchos cabos sueltos y éstos tienen su principal impacto en el cliente, quien es la razón de ser de todo emprendimiento.

Si un negocio se caracteríza por una evidente desorganización, si su gente no está plenamente comprometida con la visión que conforma el proyecto, si se dejan muchas de las funciones del negocio al azar -créame-, el cliente será el primero en notarlo.

Hay oligopolios que subestiman a sus clientes. Se duermen en sus laureles y se consideran imprescindibles y -sin embargo-, nada hay más lejos de la realidad.

Quizás sus clientes les toleran por la ausencia de alternativas, pero tan pronto surja una opción factible, les abandonarán si misericordia.

¡Esa es la importancia del cliente en nuestros emprendimientos! Por ello es que debemos dedicar el tiempo que haga falta para comprender cada ángulo de nuestros proyectos ya que -al hacerlo-, nos colocaremos en una perspectiva única que nos permitirá identificar plenamente tanto los riesgos como las oportunidades, de manera que formulemos las estrategias más adecuadas para abordar nuestro mercado.

¿Qué pasos debe dar para iniciar un negocio?

1. Describa detalladamente su idea de negocios: Entender a la perfección lo que pretendemos hacer es el primer paso de cualquier proyecto.

«La solución a cualquier problema se encuentra inmersa en el problema en sí.»

Lo que pretendo dar a entender con la frase anterior, es que cuando la gente se siente desorientada y confusa porque no sabe como hacer algo -aunque parezca coloquial-, el problema es que no está prestando atención al problema. Entiendo que lo anterior parece recursivo en exceso y que se ve horrible, pero trataré de explicarme: si su idea de negocios le parece imposible de llevar a cabo, seguramente está prestando muy poca atención y se concentra únicamente en las generalidades. Por eso es que parece irrealizable. Usted la percibe como un monstruo enorme y pierde de vista que a Roma le tomó siglos convertirse en el gran imperio que fue.

¿Cómo abordar entonces su idea? Analícela. Fragmente su idea en conceptos más pequeños y manejables, de manera que pueda concentrarse y resolver cada uno a la vez. Desmenuce tanto como le sea posible. Mientras más concretos sean los conceptos específicos, más manejable será su proyecto y más claro quedará para usted.

Cuando lo considere apropiado, sintetice. Reuna cada fragmento en que lo devanó en una síntesis que englobe el concepto entero.

Quizás se pregunte si este esfuerzo tiene sentido. Bien, pondérelo usted mismo: La idea original era caótica y desorganizada, la síntesis a la que llega tras el análisis que acabo de proponerle está estructurada y organizada. Era dificil comprender cabalmente la idea original porque la tenía toda desorganizada, sin estructura y seguramente perdió de vista aspectos que solo pudo identificar tras realizar el análisis que le he propuesto. En contraste, la principal razón por la que la síntesis que obtenga a través del análisis es prístina, es que durante el análisis fue identificando aquellas componentes que -de otra manera-, nunca se habría percatado de que existían. Durante el proceso de fragmentar, comprendió porqué tenía que hacerlo y cada simple aspecto se volvió comprensible porque estaba lo suficientemente acotado como para comprender su esencia.

2. Describa a su cliente: Esta es -quizás-, la labor más importante de todas: «Conocer al cliente». La persona que adquiera nuestros productos y/o servicios presenta ciertos razgos distintivos y claramente diferenciables que es necesario conocer, de manera que adaptemos nuestra oferta a lo que el cliente desea. Si no puede hacer ésto y considera que la gente le tiene que comprar y punto, de una vez hágase a la idea de que su emprendimiento fracasará.

Usted no puede forzar al cliente a que acepte sin cuestionamientos sus productos y/o servicios, a menos que nadie más pueda hacérselos llegar, o sean muy pocos quienes lo hacen, pero si algo es constante, es el cambio. Las condiciones cambian y los imperios fenecen.

Pero hay un factor que no he mencionado aún que manifiesta sin lugar a dudas la importancia de lo que estoy diciendo: aunque usted fuera el único que puede ofrecer ese producto y/o servicio en particular o -tal vez-, usted y unos cuantos competidores suyos, obligar a su cliente a tolerarle tiene un costo efectivo, más allá del costo de oportunidad.

Cuando se presentan las circunstancias que acabo de describir, ocurre con frecuencia que los productos que ofrece no son de la calidad que su cliente espera, lo que incrementan las devoluciones o los servicios que presta son mediocres, lo que aumenta las quejas.

Atender a estas quejas, reclamos, devoluciones y -probablemente-, quizás hasta demandas, es costoso. Su negocio se convierte en una bolsa llena de agujeros.

Ese es el fundamento de un conocimiento profundo del cliente. Al conocer a su cliente usted, no solo sabe cómo venderle, conoce también qué buscará y cuando lo hará, se preparará con antelación para la demanda, sabrá cómo restituir la confianza de su cliente cuando no pueda cumplir lo que espera, porque entenderá las necesidades de éste y será capaz de anticiparlas y ofrecerle alternativas.

3. Aprenda de su competencia: Sun Tzu -en «El Arte de la Guerra«-, diría que no hay mejor batalla que aquella que nunca tiene lugar. En el mercado, usted y sus competidores se lanzarán con frecuencia a cruentos enfrentamientos tan solo para atraer a los consumidores.

Algunas veces, la batalla por los clientes será sangrienta y el vencedor será aquel que: (a) conozca las fortalezas de su oponente y se abstenga de combatirlas, (b) conozca las debilidades de su adversario y las aproveche y (c) vea las oportunidades antes de que su competidor lo haga.

Por eso es que se vuelve tan importante aprender de su competencia. Es necesario que tenga bien presente: la industria en la que opera, la cantidad e importancia de sus competidores, su cuota y participación del mercado, su propio nicho y el de sus competidores, las oportunidades vírgenes de las que se pueda valer, su propio índice de efectividad y el de sus competidores, etc.

4. Visualice el entorno económico: Me permitiré insistir en este aspecto. Lo he mencionado mucho antes y su importancia es tal, que no dejaré de mencionarlo.

Entender el comportamiento de la economía es fundamental si usted es empresario. En este mundo nada ocurre por azar. Todo tiene una causa y desemboca en las consecuencias obvias.

Algo tan banal como la ideología del partido que llegue al poder -por ejemplo-, determinará el desempeño de la economía durante los próximos años. No quiero profundizar sobre este aspecto particular en lo relativo a mi país, pero si le invitaré a considerar lo que acontece en Europa. Quizás usted diverja de mi opinión, pero el problema subyacente que Europa enfrenta en el presente, es la tendencia que ha presentado a lo largo de las últimas décadas a tener gobiernos social-demócratas. Los sistemas de izquierda pretenden procurar condiciones de equidad entre los individuos -lo cual está bien-, pero sus estrategias tienden a provocar déficits en sus economías y -a la larga-, son inflacionarias. Simplemente sus economías no evolucionan de manera natural, por las leyes del mercado. En consecuencia, la igualdad que pretenden lograr termina generando profundos problemas sociales que amenazan con colapsar el sistema entero.

Al comprender lo que sucede con la economía usted será capaz de visualizar el panorama completo y podrá realizar estimaciones realistas de lo que puede llegar a acontecer con sus emprendimientos.

5. Identifique los recursos materiales, económicos y humanos que requiere para operar. Esto es también de suma importancia. Una administración sana emplea los recursos de manera óptima, manteniendo bajos los costes de operación y maximizando las utilidades.

Planifique cuidadosamente su organigrama, prepare presupuestos que le garanticen el abasto de insumos y organice su desempeño de manera que pueda continuar en el negocio.

6. Cerciórece de que conoce y aplica apropiadamente los aspectos legales. Muchos problemas pueden evitarse cuando se está al tanto de los derechos y obligaciones a los que somos acreedores.

Es buena idea considerar aspectos tales como los requisitos fiscales y de seguridad social, la legislación que aplica a nuestro caso específico, los permisos que debemos tramitar, una formulación adecuada de políticas y su debida transmisión a nuestros clientes y colaboradores para conseguir que las cosas marchen a un ritmo sano.

En general, esos son los aspectos más relevantes a considerar cuando planificamos un emprendimiento. En mi nuevo libro «Cómo crear negocios exitosos«, usted encontrará una metodología que le permitirá comprender cuál es la manera más adecuada para realizar la planeación que le propongo.

Mi libro ya está a la venta en formato de libro electrónico (PDF) y puede adquirirlo desde aquí. Solo entre a la página de ventas y realice su compra desde allí. Podrá pagarlo en línea y descargarlo de inmediato para iniciar su entrenamiento ¡AHORA MISMO! en cada uno de los aspectos de la planeación que necesita llevar a cabo para garantizar el ÉXITO de sus emprendimientos.

Manuel Manrique

Los tres pilares del crecimiento económico

enero 24, 2012, 13:33:31 1 comentario

Cuando observas a tu alrededor y te descubres en un país lleno de oportunidades y desigualdad simultáneamente, es fácil plantearse la cuestión de qué hace falta para lograr mejores condiciones de vida para sus ciudadanos.

En mi caso, tuve esta epifanía hace poco más de una década. Tras setenta años de la dictadura de un partido –de pronto-, tuvimos la esperanza de una democracia en ciernes.

Cuando por fin ocurrió que los ciudadanos elegimos un destino distinto y se respetó nuestra decisión, nos vimos cara a cara con un universo de posibilidades que antes nos estaban vedadas. Era raro vivir en un país en el que de un instante a otro, veíamos al anterior partido aceptar su derrota y confirmar el triunfo del partido rival.

Para mí, fue como tener de repente la oportunidad  de crear un país nuevo, sobre las cenizas del anterior y –una noche-, sin saber cómo llegó, tuve la visión de lo que mi país podría llegar a ser y me di cuenta de inmediato que no tenía la más mínima idea del cómo llegar a ser.

Reflexioné durante días y –así como llegó a mi esa visión de lo que mi país podría llegar a ser-, de pronto comprendí que –para lograrlo-, hacen falta tres pilares que –si son sólidos-, tienen el potencial de producir crecimiento económico.

Estos tres pilares que identifiqué son:

  1. Modo de vida digno.
  2. Educación de calidad.
  3. Desarrollo de nuestra propia ciencia y tecnología.

Aún hoy sigo pensando que –de cumplirse estas tres condiciones-, mi país experimentaría un mayor crecimiento que el que año con año los políticos nos prometen.

Me gustaría ahora explicar cada uno y compartir contigo porqué considero que son importantes.

Modo de vida digno

La relevancia del fordismo como modelo de productividad –obviando la posterior creación de otros modelos que introducen mejoras al proceso productivo-, es que por primera vez se considera la importancia de que el trabajador sea mejor remunerado, no solo porque incrementa su calidad de vida, permitiendo la aparición de la clase media estadounidense, como porque aumenta la capacidad de consumo de las personas, revitalizando la economía y acercando los satisfactores a una mayor masa de consumidores.

Cada vez que leo las ofertas de empleo –en mi país-, veo lista, tras lista de empleos mal remunerados. Cuando examino la oferta educativa, puedo apreciar fábricas de profesionistas al por mayor y, si echo una ojeada a las estadísticas de población, es sorprendente la proporción de jóvenes con respecto a viejos en las cifras de población.

Todos estos factores son más interesantes de lo que podrían parecer a primera vista. Se explican unos a otros y son un claro indicativo de lo que acontece a la economía de este país.

Las altas tasas de natalidad dan lugar a una población principalmente joven, que demanda –entre otras cosas-, servicios educativos –sin cuestionar la calidad de estos en este punto-, que llena las filas de profesionistas preparados -según la era industrial-, para alguna de las carreras más populares, con el evidente resultado de una oferta incrementada de mano de obra en sectores económicos que están –ya de por si-, saturados.

No hace falta ser un genio para entender las implicaciones del anterior escenario: al incrementarse la demanda por oportunidades laborales en determinados sectores de la actividad económica, el precio de la remuneración en dichas áreas disminuye.

Por otra parte, los empleadores sufren la presión de contratar a los nuevos profesionistas y, debido a ello, rehúsan aprovechar la experiencia y talentos de personas que sobrepasan determinada edad.

Es más que evidente la consecuencia de lo descrito: la calidad de vida de los ciudadanos del país decrece paulatinamente, conforme esta situación se intensifica.

Ante la imposibilidad de obtener un empleo, el individuo recurre a alternativas tales como el autoempleo y la creación de microempresas lo cual –si bien-, le permite hacerse de un ingreso, tienen normalmente una capacidad de crecimiento muy limitada. Si alguna vez el emprendedor puede contratar empleados, la remuneración que pueda ofrecerles será también limitada.

Examinando lo expuesto hasta este punto, podemos apreciar con facilidad un patrón.

Si a este, añadimos la influencia cultural y los compromisos que se adquieren a través de tratados internacionales que facilitan la introducción de empresas extranjeras que vienen al país buscando mano de obra barata, el resultado final es una economía que crece a un ritmo paupérrimo y limita las oportunidades para el ciudadano.

No puedo negar los avances que se han logrado, ni desestimar la importancia de tales avances. Cuando yo era joven, las oportunidades para estudiar una carrera eran ínfimas en comparación a lo que son ahora. Se ha avanzado, pero el avance logrado aún está lejos de resultar suficiente.

Dado que el principal compromiso del gobierno es alcanzar un nivel de pleno empleo, diría que el gobierno aún puede mejorar su trabajo al respecto. Existen una gran cantidad de áreas de oportunidad en este aspecto. Uno de ellos es el de fortalecer la economía apoyando la creación de empresas nacionales y facilitándoles condiciones  de competitividad.

Por otro lado, los empresarios deben visualizar la importancia que tiene el otorgar mejores sueldos y salarios a sus empleados e incrementar los niveles de producción a través de la eficiencia de las operaciones. Mientras mejor vivan los trabajadores y más altos sean los índices de productividad, sus propias empresas experimentarán un crecimiento mayor, dado que de esta manera motivan el consumo.

Para el emprendedor en ciernes, es vital no perder de vista que la era industrial ha fenecido y ha sido ya reemplazada por la era de la información y que ésta ha comenzado ya  a modificar las reglas del juego. Los negocios de hoy en día –no para subsistir, sino para competir-, deben contemporizarse a estos cambios que están ocurriendo a nivel global. Las estrategias ya no son las mismas, la manera de operar ha cambiado y las oportunidades aprovechan el poder de la información.

Un modo de vida digno significa que el ciudadano puede, no solo satisfacer sus necesidades más elementales sino que –en adición-, tiene acceso a más satisfactores y el efecto de lograr que la gente mejore sus condiciones de vida se traducirá inevitablemente en un mayor crecimiento económico.

Educación de calidad

Yo fui educador por once años. Esta fue una elección difícil, considerando que tenía oportunidades irrepetibles al momento de hacer mi elección, pero sencilla cuando puse mis opciones en la balanza.

Durante esta década enfocada a modificar la vida de otros, me di cuenta de la gran importancia que tiene la calidad de la educación.

Crear instituciones educativas al mismo ritmo que crecen las tasas de natalidad no es la solución al problema subyacente. No por facilitar el acceso a los servicios educativos a una población joven que tiene derecho a ellos porque así se lo garantiza la Constitución, se conseguirán ciudadanos capacitados para ejercer una profesión u oficio.

En otras palabras, este es un claro ejemplo de cuando menos es más. Un millón de nuevos ingenieros capacitados mediocremente nunca será mejor que mil ingenieros excelentes.

Sé que mi comentario parece muy elitista, pero pongámoslo en la balanza.

Ya mencioné anteriormente que la sobrepoblación en determinadas carreras con una demanda elevada, conduce a una demanda enorme por determinadas oportunidades laborales y que ello -consecuentemente-, abarata la mano de obra.

Si en un afán de vender, las instituciones educativas orientan su oferta a aquellas licenciaturas que son más demandadas, el único ganador de este juego será la institución educativa per se y –es evidente-, el gran perdedor será el joven licenciado, recién egresado.

La lógica –en este punto-, me conduce a una conclusión incuestionable. No se trata de que haya más instituciones que preparen abogados, se trata de la responsabilidad de los educadores de explicarles con claridad a los jóvenes que existe una gama muy amplia de elecciones, que no se limitan a la carrera de moda.

Hace algún tiempo conocí a una joven que deseaba estudiar una carrera para la cual no existe una gran demanda, que es costosa y que le obligaría a mudarse a una de las pocas ciudades en que podía estudiarla. Esta joven, debido a sus recursos económicos, terminó eligiendo una de las carreras disponibles en lugar de aquella por la que tenía preferencia.

Si a estas condiciones del mercado académico, añadimos la calidad de la educación que se imparte, el resultado que obtenemos es una gran población laboral sin vocación, lo cual se refleja en su desempeño profesional.

Es necesario puntualizar que la calidad de la educación tiene dos vertientes: Por un lado está el educador quien, de no tener vocación para su oficio, transmitirá su mediocridad a los estudiantes; por el otro, está el estudiante quien, debido a su desinterés por lo que le enseñan, no se esforzará lo suficiente.

Al final de la línea solo queda un individuo que busca ganarse la vida, que seguramente deberá competir con una fila muy larga de aspirantes al mismo puesto, que aceptará un empleo en el que le ofrezcan una remuneración pírrica como consecuencia de lo anterior y que no se desempeñara con la excelencia que se espera de él.

Todo lo anterior se resume en un solo aspecto que es crucial. A los jóvenes de hoy se les está preparando para una era extinta: la era industrial.

Una educación de la era de la información debe permitir al estudiante crear una currícula ad hoc a sus intereses particulares, más que una currícula acorde a los intereses de la industria.

Una educación de la era de la información debe estar disponible más allá de los límites geográficos y tomar ventaja del desarrollo tecnológico.

Una educación de la era de la información debe ser impartida por expertos comprobados en el área académica específica, más que por profesionistas que no pudieron conseguir un empleo acorde a su preparación.

Una educación de la era de la información debe tomar ventaja de los avances científicos y tecnológicos de punta y motivar al educando a producir dichos avances.

Han pasado ya doce años de que tuve esta epifanía. Conocí a algunos cientos de jóvenes durante mi intervención como educador y es triste hoy afirmar que solo cuatro de ellos comprendieron lo que trataba de decirles.

Quizás fui un mal educador; o, tal vez, vi algo que aún no es visible para los demás. Por eso decidí compartirlo con ustedes en este artículo. Es posible que algún lector pueda ver lo que estoy describiendo y descubra una oportunidad de negocios sin precedentes en mis palabras.

Desarrollo de nuestra propia ciencia y tecnología

La diferencia entre un país productor de materias primas y otro productor de productos terminados es el nivel de transformación de los productos.

Países como el país en el que vivo, producen bienes que luego son exportados a otros países en los que se consumen. Por ejemplo, automóviles. Empresas extranjeras instalan plantas productivas en mi país porque consiguen mano de obra económica; producen los automóviles aquí y los exportan para alimentar la demanda en los países consumidores.

Esto nos convierte en exportadores de productos terminados, si, pero por otro lado nos obliga a importar la tecnología requerida para producirlos. Importar la tecnología nos hace dependientes de otras economías y nos resta competitividad.

Hubo un tiempo en que se producían avances científicos y tecnológicos en este país, como a principios del siglo XX, en el que hubo participación en el desarrollo de la industria aeronáutica o durante las décadas de los sesentas y setentas, en las que se produjeron desarrollos en la tecnología aeroespacial.

Hoy en día hay contribuciones nacionales al desarrollo de la ciencia y de nuevas tecnologías, pero son insuficientes.

El empresario de hoy prefiere adquirir la tecnología a desarrollarla. No es algo que diga al azar. Lo he escuchado y se han reído de mí cuando expongo mis ideas al respecto.

En parte, comprendo a estas personas que cuestionan mis ideas sobre desarrollar tecnología propia, porque a ellos lo que les interesa es aprovechas las oportunidades que el mercado les ofrece y –piensan-, hacer uso de la tecnología disponible es cuestión de ventaja competitiva. Lo admito. Lo es hasta el punto de basar su ventaja competitiva en quién puede abordar antes al mercado, pero la dependencia tecnológica que promueven les hace menos competitivos en los mercados extranjeros.

A pesar de la opinión de éstos, en este país se han desarrollado tecnologías que son más competitivas que cualquier alternativa extranjera.

Conclusión

Así que, el desarrollo científico y tecnológico no solo permite romper la dependencia económica, sino que se perfila como una verdadera ventaja competitiva.

Para llegar a este punto, en que nos convirtamos en productores de nuestra propia ciencia y tecnología, debemos cumplir primero con la condición de tener acceso a una educación de calidad y, para ello, debemos tener un modo de vida digno.

La industria debería promover y financiar el desarrollo de la ciencia y nuevas tecnologías a través de las instituciones educativas, con el fin de aplicarlas a la industria y elevar su competitividad en los mercados.

Después de todo, al asumir el control de nuestros propios avances en el terreno científico y de tecnología de punta, podemos ser más eficientes en términos de productividad, mejorar las condiciones de vida de la gente y, así, darle acceso a una educación de calidad. Un círculo virtuoso.

Manuel Manrique

¿Es la Democracia una doctrina obsoleta?

enero 24, 2012, 13:24:49 Deja un comentario

¡Hola de nuevo! Tras algunas semanas de no hacer acto de presencia en mi blog, regreso ahora con este tema que considero relevante por muy diversas razones, más allá de la incipiente jornada electoral que viviremos a mediados de año en mi país.

Antes de abordarlo, creo necesario ofrecerles una explicación acerca de mi ausencia durante las últimas semanas. Como puntualicé en el “Día 1” de Mi Diario Secreto, el proceso de creación de un negocio suele requerir analizar con detenimiento cada aspecto de éste, lo que hace preferible evitar escatimar con el recurso principal de todo proyecto: el tiempo. En mi nuevo libro “Cómo crear negocios exitosos”, soy bastante claro en este aspecto particular: ¡Todo negocio merece una cuidadosa planeación!

Pues bien, sin la intención de excusarme, la razón de mi ausencia ha sido que he dedicado la mayor parte de este periodo a trabajar en la definición de –no solo-, el nuevo emprendimiento al que te he invitado a participar, sino de dos proyectos más, muy excitantes e innovadores que he retomado y de los cuáles proporcionaré detalles en su momento y –por supuesto-, a los que te invitaré a participar.

Pero no es este el propósito al que he destinado este artículo. Sin embargo, permanece pendiente, porque en el transcurso de los siguientes días añadiré entradas nuevas a Mi Diario Secreto, en las que te mostraré paso a paso lo que he estado haciendo en lo relativo al proyecto de negocios al que ya te he invitado.

Quise abordar el tema de la Democracia porque es relevante para comprender la manera en que el acontecer político puede afectar a la economía y -¡desde luego!- a nuestros proyectos de negocios.

Haciendo de nueva cuenta referencia a mi nuevo libro “Cómo crear negocios exitosos”, en él destaco la importancia de comprender la economía si eres emprendedor, ya que la economía te ayuda a visualizar los eventos que se gestan, que influyen en el desempeño de los negocios y te permite formular estrategias para abordar a tu mercado con la tranquilidad de que aplicas las acciones más adecuadas para tomar ventaja de estos.

Con estos precedentes, entremos en materia. Entendamos primero qué es la Democracia para –a partir de esta base-, comprender de qué manera influirá en el desempeño de nuestros emprendimientos y la eficiencia de nuestras decisiones al respecto.

Etimológicamente, la palabra democracia –se presume-, proviene de dos raíces griegas <demos>, que podemos traducir como pueblo y <krátos>, que se traduce como poder o gobierno y que –tras siglos de evolución-, hoy podemos asociar con el poder del pueblo, o la capacidad de este para influir en el destino de la nación.

Hace algunos años surgió una situación en la que comencé a percibir la democracia como una doctrina obsoleta. Con el tiempo, descubrí que no soy el único que ha albergado esa idea. Sin embargo, esta creencia es falaz si se considera que existen dos formas de democracia –en general-, cada una de las cuales da lugar a una diversidad de doctrinas con la misma base, pero con rasgos muy distintivos que implementan un conjunto de características que las diferencian unas de otras.

Armando Ribas pone especial énfasis a la gran relevancia de la revolución americana que condujo a la independencia de los Estados Unidos de América, puntualizando que lo que la hace destacable es el nacimiento de un sistema de gobierno que privilegia los derechos individuales, por encima de los derechos del pueblo.

Él mismo hace referencia a la Revolución Gloriosa, o Revolución de 1688, que condujo al derrocamiento de Jacobo II por parte de la unión de Parlamentarios -que dio inicio a la democracia parlamentaria moderna inglesa-, como principal antecedente para el sistema de gobierno qué –un siglo después-, los americanos adoptarían.

Ribas también habla de la “Rule of Law”, que es una máxima legal que sugiere que todas las decisiones gubernamentales deben ser tomadas aplicando los principios legales conocidos. Aristóteles escribió que “es la ley la que debería gobernar”.

En otras palabras, esta máxima implica que cada ciudadano debe sujetarse a la ley, lo cual obviamente contrasta con la idea de que el regidor esté por encima de la ley y Ribas declara que: “La rule of law implica la limitación del poder político, que se hace imposible cuando el gobierno se apropia de la eticidad de la sociedad, al descalificar éticamente los intereses particulares como contrarios al interés general.

Hasta este punto se hace por demás evidente que Ribas pone como referente a los Estados Unidos, al compararle con todos los demás gobiernos del mundo y –para él-, el privilegio que los Estados Unidos dan a los derechos individuales, le caracterizan como un país con una democracia funcional, si se le compara con –por ejemplo-, lo que llamamos democracia en la mayoría de las naciones latinoamericanas.

Pongamos por ejemplo que –en una empresa-, se ha decidido otorgar un premio a los trabajadores por haber logrado una meta de productividad; pero este premio consiste en dos tipos diferentes de bonificación y se ha decidido que los trabajadores deberán elegir solo uno de ellos, entendiendo previamente que uno de los premios es más atractivo para el personal con menores recursos económicos que el otro y viceversa.

Dado que la mayoría de los trabajadores ganaran la elección –lo cual es predecible-, aquellos que no pudieron imponerse deberán aceptar la decisión de la mayoría sin posibilidad de apelación.

¿Podemos decir que la elección fue justa, siendo que el resultado final era evidente antes de someter la decisión a votación? Creo que no necesito decir que no lo fue.

Dado que el resultado era previsible, la mera votación es más un insulto a la inteligencia de los trabajadores disfrazado de condescendencia y –por supuesto-, la mayoría de los trabajadores ni siquiera se enteró de este hecho.

Cada grupo de trabajadores buscaba un factor de valor diferente. Un grupo se impuso al otro, tan solo porque era más numeroso. El crear un proceso de votación cuyo resultado podía preverse, no tenía como finalidad beneficiar a quien menos tiene, sino darles a los individuos la sensación de que se les toma en cuenta.

Esto es la demagogia y al menos en mi país, -aunque parece una epidemia que ataca no solo a América Latina, sino a la mayor parte del mundo-, es precisamente lo que los políticos hacen cuando convocan a elecciones.

Aunque existen diversos partidos políticos en mi país, los tres principales son usualmente identificados como “izquierda”, “centro” y “derecha”.

Solo por aportar una referencia histórica, los calificativos “izquierda” y “derecha”, que se aplican a las modernas asociaciones e ideologías políticas, provienen de la Francia Revolucionaria. En la Asamblea Constituyente existían dos grupos de diputados enfrentados: el de la Gironda -que se situaba a la derecha del presidente- y el de la Montaña –que se ubicaba a su izquierda. Al centro había una masa indiferente a la que se le conocía como El Llano o La Marisma. El grupo de los Girondinos pretendía restaurar la monarquía, mientras que los de la Montaña se promulgaban a favor de un régimen revolucionario.

A raíz de esto es que hoy denominamos como izquierda a toda aquella ideología que pretende defender los intereses populares y como derecha a la que se muestra a favor de los intereses privados. Sin embargo, estos calificativos –al menos históricamente-, se pierden en una niebla de confusión.

Aun cuando pareciese inconexo, es buen momento para identificar los dos sistemas económicos principales: el así llamado peyorativamente por Marx Capitalismo y el Comunismo, propuesto –entre otros-, por el personaje referido.

En términos llanos, el capitalismo promueve la propiedad privada de los medios de producción, al tiempo que el comunismo se fundamenta en la propiedad colectiva de los mismos.

Esto da pie a la controversia sobre cuál sistema es mejor que el otro y –aunque en lo personal, el capitalismo me parece más sensato (sin que se entienda que le considero mejor)-, es el origen de todas las discusiones sobre la equidad y la justicia social inherentes a dichos sistemas.

Pero yendo a mayor profundidad, hay también un contexto ético-filosófico muy importante en ambos y que debo destacar: el capitalismo reconoce y promueve la idea de que los seres humanos somos diferentes unos de otros, mientras que el comunismo nos considera como iguales.

La visión de la naturaleza de la esencia humana implícita en cada uno de estos sistemas es por demás relevante.

Es muy cierto que en las sociedades capitalistas existe una profunda desigualdad social y que las sociedades socialistas –que es un orden derivado del comunismo- otorgan igualdad a sus miembros a través de la propiedad colectiva de los medios de producción, pero también es muy cierto que los individuos tenemos talentos distintos, que no es factible acotar en pro de la igualdad y son precisamente los talentos individuales los que añaden o restan viabilidad a uno y otro sistema.

De nueva cuenta, por favor, no tergiverses mis palabras. Yo creo en la igualdad de derechos. Como individuos, debemos ser considerados iguales en el sentido de las garantías y las obligaciones a que somos acreedores como parte de una nación. Todos tenemos derecho a una vida digna, a tener acceso a la educación y otros servicios sociales, como la salud.

No obstante –y, aunque suene elitista-, lo que nos hace “individuos”, es el conjunto de nuestras preferencias, aptitudes, actitudes, habilidades,… y talentos.

Yo jamás me sentaría a ver un partido de futbol ni –mucho menos-, participaría activamente en uno. Sin embargo, vivo inmerso en una sociedad que ama el futbol. Así mismo, soy muy bueno para entender y crear algoritmos, al mismo tiempo que hay muchos otros informáticos que le sacan la vuelta a la programación.

En otras palabras, hay un conjunto de características personales que me hacen ser quien soy y –debido a ellas-, soy distinto a todos los demás seres humanos.

Aun así, tengo derecho a ser acreedor a todas las garantías que me ofrece la Constitución Política de mi país y estoy sujeto a todas las obligaciones que me impone.

No es lo que me identifica como individuo lo que me hace acreedor a dichas garantías y obligaciones, sino la igualdad de derechos  con respecto a todos mis compatriotas.

El simple hecho de que cada ser humano tiene talentos que le distinguen, le da el derecho a explotarlos como mejor le convenga y eso justifica la existencia de la propiedad privada.

El malentendido con respecto a la propiedad colectiva de los medios de producción surge de que -esta propuesta-, emerge de un principio falaz de igualdad, que debería comprenderse como una igualdad de derechos, pero se confunde con una igualdad de circunstancias,  lo que –desde mi perspectiva-, nada tiene que ver con la propiedad.

La idea de diferenciar la propiedad de los medios de producción tiene su origen en la presunción de que el capitalismo explota a las masas en favor de minorías; de ahí que el concepto de igualdad sea malinterpretado.

No obstante, la historia es un juez implacable y la evidencia salta a la vista, por donde quiera que se mire. El socialismo ha demostrado ser disfuncional, el capitalismo ha tenido periodos oscuros y aun así, la China comunista ha presentado un crecimiento económico sostenido de alrededor de un 9%, lo cual no debería ocurrir en una economía comunista.

Examinemos lo anterior a detalle. Estados Unidos es la sociedad capitalista más relevante del mundo. Internamente, a pesar de las diferencias sociales, el nivel de vida del ciudadano estadounidense es mejor que en muchos otros países del mundo. Estados Unidos ha enfrentado serios problemas económicos, no por efectos del capitalismo per se, sino más bien debido a la aplicación de estrategias económicas erróneas que le han producido déficits sin paralelo.

Por otra parte, el socialismo europeo ha dado origen a la depresión que la Unión Europea está enfrentando justo ahora y –esto-, ha planteado serios cuestionamientos acerca de la eficiencia de los regímenes socialistas.

China, a la que atribuimos un régimen comunista gracias a Mao, en términos económicos, no se comporta como tal. Aproximadamente a fines de los setentas, los chinos se dieron cuenta de que el comunismo totalitario estaba generando mayores divergencias sociales que las que debía prevenir y –como resultado de ello-, abrieron su economía para permitir la inversión privada. Como resultado de todos estos factores, hoy China presenta al mundo un crecimiento económico sorprendente.

Justo es decir que la propiedad privada no es tan diabólica -como nos han hecho creer- y que la igualdad –como nos la presentan los políticos populistas-, tampoco es tan buena como nos dicen.

Un gobierno en el que prevalezca la Rule of Law y que se rija por un sistema capitalista que utilice la propiedad privada como un recurso para crear condiciones de prosperidad generalizadas, producirá una sociedad equitativa. Esto es así porque inyectará dinamismo a su economía, lo cual impulsará el crecimiento económico, mismo que estará sustentado en la capacidad de producir los satisfactores que sus ciudadanos demandan, producidos a través de la propiedad privada de los medios de producción.

Un gobierno que pretenda alcanzar la equidad a través de la propiedad colectiva, por otra parte, tarde o temprano enfrentará déficits, debido principalmente a que la equidad que se busca es artificial. Con el fin de dar equidad a los ciudadanos, el gobierno se ve obligado a incrementar su gasto público, lo que más tarde, o más temprano, resultará en déficits.

Desde un enfoque simplista, la función principal del gobierno es garantizar un determinado nivel de empleo. En la medida que lo consiga, se constituirá en un gobierno funcional. Para lograrlo, el gobierno hace uso de la política fiscal, a través de la cuál regula el gasto público y las tasas impositivas.

Por otro lado, el banco central hará otro tanto mediante la política monetaria, modificando su oferta monetaria y/o las tasas de interés.

Dado que tanto el banco central como el gobierno son independientes uno del otro, las políticas fiscal y monetaria no necesariamente son compatibles.

Cuando el gobierno actúa incrementando su gasto público o reduciendo las tasas impositivas, se obtiene un efecto inflacionario, que más tarde repercutirá en el nivel de empleo.

Eso es lo que sucede en las economías socialistas. La igualdad social que pretenden, solo puede lograrse subsidiando la producción de satisfactores, lo que incrementa el gasto público. Se dice -sin embargo-, que en las economías socialistas no existe la inflación. No obstante, mantener la “Igualdad de circunstancias” es costoso y tiene impacto directo en el gasto público.

La razón para decir que la inflación no existe en una economía socialista radica que dichas economías son planificadas, de manera que pueda eliminarse la especulación. El efecto de esto es una economía –como la cubana-, en que los precios se han mantenido sin cambios por espacio de décadas. No obstante, la inflación se traduce en la escasez.

Ahora, una vez que hemos sentado las bases, ¿qué relación tiene todo esto con el tema de la democracia?

En mi país vivimos una democracia representativa, lo cual significa que elegimos representantes que son quienes se encargan de tomar las decisiones económicas que afectan a la sociedad. En el caso de mi país, estos representantes siguen la ideología de un partido, la cual está ligada a un determinado modelo económico, acercándose a alejándose de éste en una cierta medida.

Así, hay partidos de izquierda, a los que aquí se les asocia más con una izquierda moderada, dado que ninguno es abiertamente socialista pero que, sin embargo, para que su ideología cuadre con la defensa de los intereses del ciudadano, hacen uso de instrumentos tales como los subsidios.

También hay partidos de derecha, cuya ideología pretende defender la propiedad privada. Y Partidos de centro, que mezclan ideologías tratando de encontrar mayor congruencia en su compromiso social.

La demagogia inicia cuando los aspirantes a posiciones públicas preparan sus discursos para obtener votos. Le dicen a la gente exactamente lo que quiere oír y así garantizan su participación en el proceso.

Utilizan los resultados cuestionables de los representantes de otros partidos para darle validez a sus propuestas, pero las propuestas de cada uno solo son emitidas para conseguir que la gente les favorezca con su voto.

Es muy bonito señalar, por ejemplo, que solicitar cuotas en las escuelas de nivel básico y medio es anticonstitucional, ya que la Constitución garantiza el derecho a la educación gratuita, y también lo es señalar que se le debe regalar la medicina a los enfermos o pagársela si no se tiene disponible, por poner un par de ejemplos.

Sin embargo, lo que no se dice en esa propaganda es que las cuotas que piden las escuelas son para el mantenimiento de las escuelas y para adquirir material didáctico, ya que los líderes del sistema educativo difícilmente proporcionan dichos recursos.

Por otro lado, si bien, los medicamentos deberían ser gratuitos para los asegurados, lo que no se menciona es que se requieren recursos para hacer disponibles los medicamentos.

Ambos son claros ejemplos que conducen a un incremento en el gasto público, el cual solo puede desembocar en inflación y, cuando esta se presente, el banco central reducirá la oferta monetaria, o elevará las tasas de interés para restringir la actividad económica, generando desempleo.

Lo que pretendo decir es que debemos ser muy cautelosos ante la oferta política. Elegir a un representante por la ideología del partido conlleva el inconveniente de que elegimos –casi siempre-, a un representante que utiliza los instrumentos que su partido le facilita para conseguir votos.

No es que sean promesas vanas. A veces no lo son. La pregunta relevante es si dichas promesas son viables.

Por efectos del populismo, la población deja de discernir la oferta política para evaluar si las promesas de campaña realmente son factibles y el costo de llevarlas a cabo.

Es común que se elija al representante por la simpatía que despierta, o por pura empatía con el partido.

Lo raro es que la elección se base en un escrutinio de las promesas de campaña y en una ponderación de los costos que llevan implícitos.

Votar por un partido cuya ideología defiende la propiedad privada pero, al mismo tiempo promete que generará empleo para los recién graduados es una incongruencia. Si ofrece crear el primer empleo de un joven que acaba de salir de la universidad, lo hace simplemente porque sabe que hay una gran demanda de puestos de trabajo y pocas oportunidades para conseguirlo. Le da al recién graduado la esperanza de que si dicho partido gana, automáticamente tendrá las oportunidades que le son vedadas. Sin embargo, para cumplir esta promesa, debe sacrificar su compromiso con quienes poseen los medios de producción y pueden otorgar los empleos, o bien, para compensarlos, les permite pagar sueldos cada vez más bajos.

En todo caso, una aplicación irresponsable de nuestro derecho a la democracia nos conducirá a un resultado económico dado. Que gane tal o cual partido es relevante si se considera el impacto que tendrá en la economía la aplicación de las promesas de campaña, si es que estas llegan a cumplirse alguna vez.

Es necesario comprender que los aspirantes siempre van a decir qué; lo que callan es el cómo y es ahí precisamente donde se oculta el efecto sobre la economía.

No es mi propósito defender ni atacar a ninguno de los contendientes, a pesar de que así pudiera parecer por los ejemplos que he proporcionado. Más bien, el mensaje subyacente es que deberíamos escrutar la oferta política y decidir en base a lo que nos parezca viable, sensato, y menos costoso para el crecimiento económico del país.

Manuel Manrique

El efecto de los paradigmas

noviembre 19, 2011, 13:44:43 2 comentarios

Un paradigma es un esquema o modelo que integra un conjunto de ideas, pensamientos, experiencias, creencias y valores que guían un curso de acción.

Los paradigmas son normalmente incorporados durante la etapa temprana de nuestra vida y son aceptados como verdaderos o falsos sin someterlos a tipo alguno de comprobación.

Si eres emprendedor, o deseas serlo, debes adquirir consciencia de la influencia que tus paradigmas tienen en tus resultados.

Permíteme explicarte: tradicionalmente se asocia el éxito con lo que tienes en tu cartera. Se asume sin cuestionar que mientras más dinero hay en tu cuenta, más exitoso eres. No hay muchos que se den cuenta de que el dinero es una consecuencia de la causa que es el éxito, no al revés.

Entender este enunciado tan sencillo hace toda la diferencia. Quien percibe al éxito como una consecuencia de tener dinero, nunca tendrá suficiente dinero;  desarrollará su vida entera tratando de conseguir más y más dinero y –éste-, nunca será suficiente.

¿Por qué esto es erróneo? Cuando alguien dedica su vida a obtener dinero deja de interesarse en tantas otras cosas que son –por mucho-, más importantes. Piensa en tu familia, las personas que amas. ¿No sería agradable pasar tiempo de calidad con ellos? ¿Y qué tal ayudar a otros? La historia está llena de ejemplos de personas que –literalmente-, perdieron la cabeza por valerse de los demás para sustentar sus ambiciones. Afortunadamente también hay muchísimos ejemplos de personas que dedicaron su vida entera para mejorar la vida de los demás.

No me malinterpretes. No estoy diciendo que no es sano desear tener dinero. Todos lo hemos deseado en más de una ocasión. Todos hemos pensado alguna vez que nuestra vida sería mucho mejor con una cuenta bancaria engrosada por un gran número de dígitos. En lo personal, yo considero que el dinero no debería de existir y que aún con su ausencia podríamos lograr una economía mucho más equitativa y sustentable, pero ese tema corresponde a una línea de pensamientos que quizás algún día compartiré contigo. No ahora.

Ahora bien, más arriba mencioné que el dinero es una de las consecuencias de tener éxito. Esta aseveración coloca al éxito como causa y al dinero como consecuencia.

Piensa en el actor que tú consideres como el más exitoso. Si miras con detenimiento, seguramente esa persona tiene dinero. ¡Mucho dinero! Si –después-, consideras su biografía, es posible que te encuentres con que no siempre fue así. Es muy probable que esa persona haya tenido tiempos difíciles a lo largo de su vida y –por lo regular ocurre esto en la mayoría de los casos-, obtuvo su riqueza tras demostrar su valía como actor.

Es decir, ese actor que admiras y que tiene mucho dinero, llegó hasta este punto tras un proceso muy largo, durante el cual perfeccionó sus habilidades para tener éxito en su ambiente y entregar a sus admiradores un trabajo de la calidad que ellos esperan. Obtuvo reconocimiento a través de su trabajo, de su esfuerzo, de la determinación de ser mejor cada día en lo que hace y, solo entonces, comenzó a crear su riqueza.

¿Entiendes a dónde voy? En “Los 7 Secretos para un Emprendimiento Exitoso”, específicamente en el Secreto #4: La Disciplina, te hablé sobre las soluciones fáciles y rápidas. Te comenté que las soluciones fáciles solo existen en la mente del impaciente y que normalmente son soluciones fallidas, porque el impaciente no está dispuesto a seguir las reglas que le garantizan el éxito de su esfuerzo.

Para ponértelo más claro. Si tu meta es adelgazar –créeme-, no lo vas a lograr mediante píldoras milagrosas, cremas para untar o aparatos que hacen el ejercicio por ti. Siento desilusionarte si tú genuinamente crees en esos instrumentos y me disculpo por ser tan visceral en mi siguiente aseveración:

El único método natural para adelgazar y –por tanto-, seguro, es mediante una dieta balanceada y ejercicio.

Es natural que descartemos a priori esta solución y es comprensible nuestro rechazo hacia el anterior consejo por dos razones muy sencillas:

  1. Toma tiempo… ¡Mucho tiempo! y…
  2. Es difícil.

Por eso buscamos soluciones milagrosas sin considerar que las soluciones milagrosas que esperamos encontrar fallan porque para llegar a necesitarlas, pasamos un largo tiempo generando el problema en primer lugar.

Alguna vez vi un comercial en la televisión en el que decían: “Es fácil perder 15 kilos de un día para otro. La diabetes puede ocasionar que te amputen un miembro.

Sé perfectamente que estoy siendo muy visceral en mis aseveraciones. Mi propósito es ser subversivo. ¡Pretendo modificar tus paradigmas!

Además, ya te había advertido anteriormente, en la entrada del “Día 1” de Mi Diario Secreto. Si tú no estás dispuesto a aceptar un cambio de paradigmas, si consideras que lo que tengo que decir es banal y solo son metáforas inútiles, ¡Detente! No sigas leyendo porque a partir de mi artículo “La importancia de tener un sistema”, todo lo que diga tendrá un solo propósito: ¡Cambiar tus paradigmas!

Yo mismo en algunas ocasiones enfrenté esa necesidad. Hubo algunos paradigmas que tuve que modificar. No puedo decir que muchos porque -desde que tengo uso de razón-, he sido diferente en mi forma de ver el mundo, con respecto a quienes han rodeado mi existencia.

Sin embargo, ha sido inevitable el contagio de paradigmas disfuncionales hacia mi persona pues, de una u otra manera, he debido convivir con quienes he compartido la trayectoria de mi vida. Esos paradigmas disfuncionales han sido los que he debido modificar y el proceso no fue sencillo.

La mayor parte de mi vida profesional la he vivido como programador de computadoras. No como desarrollador de software, sino como programador.

Programar computadoras me ha dado acceso a una infinidad de conocimientos y la que yo considero mi principal enseñanza, tiene que ver con la importancia de equivocarse.

¡Sí! ¡Leíste bien! Desde mi particular punto de vista, equivocarse en mucho más útil que acertar.

Cuando aciertas no hay desarrollo, no hay crecimiento. Acertar equivale a estancarse y provoca un tipo de parálisis que es extremadamente peligrosa: La parálisis que te impide encontrar alternativas.

Una vez que aciertas, supones que esa es la manera correcta de actuar y dejas de buscar alternativas. Das por sentado que –si esa solución funciona-, no hay motivos para buscar otras maneras de llegar al mismo resultado y eso, la parálisis que te impide encontrar alternativas, te impedirá ver más allá y encontrar maneras innovadoras y subversivas de lograr resultados –incluso-, mucho más eficientes.

En cambio, al equivocarte, tu panorama se extiende hacia un mundo entero de posibilidades. Equivócate una y otra vez y lo que tendrás será una gama infinita de maneras diferentes de hacer las cosas.

Edison realizó más de mil experimentos distintos antes de tener una bombilla incandescente que funcionara. Lo que él dijo al respecto fue que ya conocía más de mil maneras diferentes para no lograrlo.

Esto nos habla de “La Perseverancia” y –más aún-, nos habla de “La Determinación”.

He querido compartir contigo estos secretos porque han moldeado mi vida. No son palabras bonitas de aliento. Son consejos que funcionan, que te conducen al éxito. Yo lo he comprado de primera mano en muchas etapas de mi vida.

El día que muera, moriré con la tranquilidad de saber que hice cuánto me propuse. Si bien, no siempre conseguí lo que esperaba, jamás me detuve a pensar en la imposibilidad de hacerlo. Asumí el control de mi propia existencia.

En los negocios, ningún resultado es aleatorio. De eso mismo ya te hablé en mi artículo “El éxito en los negocios no es cuestión de azar”.

Normalmente, el éxito o el fracaso en tus emprendimientos, tiene siempre una explicación racional y hasta lógica.

La mayoría de los emprendedores nóveles desisten ante las primeras dificultades. Suponen que los negocios no son para ellos y deciden conscientemente dejar de intentar. ¡Craso error!

Si algo he aprendido en los emprendimientos que he desarrollado con relación a los resultados de las ventas es que, si alguno de los productos o servicios que ofrezco no se vende, normalmente la causa se encuentra en la manera en que lo presento al consumidor.

Para que algo sea aceptado por el mercado, el consumidor debe llegar a la conclusión de que lo que le ofreces tiene sentido para él.

Si tú ofreces algún producto o servicio y –éste-, no se vende, revisa la manera en que le haces conocer a tus consumidores meta sobre tu oferta. Seguramente estás planteando características de tu producto o servicio que el consumidor no percibe como valiosas.

Yendo un poco más allá, considera la posibilidad de crear diferentes versiones de tu publicidad y proponte medir los resultados que obtienes con cada una de ellas. Obsérvalas en funcionamiento, mide su desempeño, modifícalas para introducir pequeños ajustes y vuelve a observar.

El que acabo de darte, es un consejo muy simple y –por ello-, extremadamente valioso. Pero no es el único. Solo te he presentado la punta del iceberg.

Mi nuevo libro Cómo Crear Negocios Exitosos lo incluye como uno de los consejos –igualmente valiosos-, que proporciono a través de él. Puedes adquirir mi libro a través de mi página de Mercado Libre a un precio que te parecerá ridículo si lo comparas con el retorno de inversión que obtendrás si sigues mis consejos al pie de la letra.

La razón por la que los paradigmas son tan importantes es que moldean tu conducta.

Un emprendedor es un visionario. Ve oportunidades donde otros ven dificultades. No se detiene a pensar en aquellos factores que le limitan, encuentra alternativas para vencer sus propios límites y se supera a sí mismo.

Me encanta esta frase: Superarse a sí mismo. Si la analizas, fácilmente descubrirás el significado que oculta su semántica. Superarse a sí mismo significa reconocer los propios límites y tener el coraje de ir más allá. Sabiéndose uno mismo limitado por su propia capacidad, uno toma “La Decisión” consciente de hacer mucho más con el único objetivo de satisfacer su necesidad de saberse capaz.

Una de las frases que uso con frecuencia para mí mismo es: Si lo vas a hacer, ¡Hazlo BIEN!. Me encanta superarme a mí mismo e ir más allá de mis propios límites. Me encanta sentirme satisfecho cuando miro en retrospectiva y descubro que lo que hice fue un trabajo hecho con los más altos estándares. Más aún, amo superar mis logros anteriores.

No es una cuestión de ego. No lo hago por felicitarme a mí mismo y dormirme en mis laureles. He hecho cosas que jamás me creí capaz de lograr pero tengo la entereza suficiente para reconocer que el pasado ya pasó.

Si me esfuerzo por superarme a mí mismo es porque el resultado de mi esfuerzo beneficia siempre a alguien más, no solo a mí mismo. El beneficio que obtengo es solo una consecuencia y no es lo que me importa en realidad.

Cuando muera, me gustaría poder ver atrás y encontrar con que el sentido de mi existencia fue que pude ayudar a otros. De nuevo, no te confundas. No pretendo que me asignes calificativos que alimenten mi ego.

Mi interés por ayudar a otros es que esa es mi manera de cambiar el mundo. De contribuir a hacer que el mundo sea un lugar mejor.

Y esta última confesión es también un consejo muy valioso: Cuando emprendas, no pienses en lo que tú ganarás, piensa en lo que le das a ganar a los demás.

¡Analízalo!

Manuel Manrique

Como Crear Negocios Exitosos desde cero

noviembre 18, 2011, 0:27:19 3 comentarios

Mi Diario Secreto: Día 1

Como te prometí, a partir de este artículo, publicaré regularmente –no puedo prometerte que sea diario porque el trabajo que este proyecto lleva implícito requerirá, tarde o temprano, que ciertas actividades se lleven mucho más de un día-, la manera en que estoy construyendo este nuevo emprendimiento.

Aunque tú podrás seguirme paso a paso en el proceso a través del cual te muestro “Como Crear Negocios Exitosos” a partir de la nada –es decir, desde cero-, de cualquier manera me permito insistir en que debes comprar mi libro “Cómo Crear Negocios Exitosos” para que aprendas la manera en que puedes diseñar tu propio sistema.

Recuerda que en mi publicación anterior: “La importancia de tener un sistema”, te expliqué porque debes diseñar un sistema que se constituya en tu modelo de negocios.

Hoy lo vamos a aplicar. A partir de hoy te contaré cómo un amigo y yo estamos trabajando en este nuevo emprendimiento. Te contaré las cosas que hacemos, cómo determinamos las estrategias y el porqué de cada una de ellas. Verás nacer un negocio de la era de la información, con una perspectiva de crecimiento a largo plazo sólida y con rendimientos tan altos como desees que lo sean.

Así mismo,  aunque todavía no ha llegado el momento de entrar en detalles, si voy a adelantarte que, en el momento justo, te invitaré a formar parte de este emprendimiento para que tú también te beneficies de él.

No lo hago ahora porque quiero ofrecerte un diseño sólido, fundado en cimientos fuertes y para ello requerimos que el diseño de este sistema sea profundamente analizado y sometido a prueba por mi amigo y yo, de manera que –de aceptar nuestra invitación-, tengas la garantía de éxito que seguramente esperas.

No te preocupes. Si te interesa tienes mi palabra de que serás considerado. Lo único que tienes que hacer es seguirme en mi blog ¡A Partir de AHORA! y estar al pendiente de “Mi Diario Secreto” día a día.

Para que mi amigo y yo sepamos que te interesa participar de nuestro emprendimiento y de los beneficios que podrás obtener a partir de él, déjanos un comentario. No olvides indicarnos también tu dirección de correo electrónico, de manera que podamos contactarte.

Ayudaría también que te suscribieras a mi blog; así no te perderías los artículos y conocerías la evolución de este proyecto que –si lo aceptas-, ¡Cambiará Tu Vida Radicalmente!

Para suscribirte a mi blog, lo único que tienes que hacer es dar click arriba, donde dice “Follow” y de esta manera tan sencilla, estarás automáticamente suscrito a mi blog y no te perderás los artículos que, a partir de hoy, te mostrarán –paso a paso- “Como Crear Negocios Exitosos”.

Es conveniente que te dé algunos antecedentes. Así tú podrás estar al tanto de cómo surgió este emprendimiento en primer lugar y entenderás porqué mi amigo y yo decidimos crear un sistema para este proyecto de negocios, así como también el porqué de cada paso que damos.

Hace poco más de una semana, mi amigo me invitó a reunirme con unos amigos de él. Sostuvimos una reunión en la que ellos nos hablaron profusamente sobre su proyecto. Nos explicaron en qué consiste, cuáles son sus fundamentos, cómo funciona, qué expectativas de crecimiento tienen,… en fin, nos describieron su idea tan detalladamente que –tras escucharla y analizarla-, era imposible no enamorarse de ella.

Recuerda de mis “7 Secretos para un emprendimiento exitoso”, el “Secreto #1” que es “la Pasión”.

Si lo que haces no te apasiona, no tiene absolutamente ningún sentido que lo hagas. Para emprender, tu emprendimiento debe apasionarte y la idea que los amigos de mi amigo nos plantearos, simple y sencillamente NOS APASIONÓ.

Debo advertirte en este punto que si realmente quieres emprender, debes sacar de tu mente el viejo cassette con el programa inadecuado y sustituirlo por el programa del emprendedor.

Es extremadamente importante que lo hagas porque la ideología de un emprendedor es muy distinta de la ideología de los demás.

Estoy plenamente consciente de que lo que voy a decir a continuación sonará elitista, pero no soy el único que piensa así. Los grandes emprendedores tienen esta misma visión. Por eso son grandes como emprendedores:

El emprendedor asume riesgos que la gran mayoría de las demás personas jamás considerarían.

Todo emprendimiento enfrenta riesgos. Si tú no eres capaz de aceptar esta simple aseveración, detente aquí. Con toda honestidad, te agradezco que hayas leído mis artículos y llegaras hasta este punto, pero en verdad, solo perderás tu tiempo si continúas leyendo a partir de aquí. Lo que voy a explicar a continuación es tan subversivo que –si no eres capaz de comprender que habrá riesgos y si, mucho menos, estás dispuesto a asumirlos-, no importa cuán profundo sea tu deseo de emprender, sin la actitud adecuada, tus esfuerzos serán fútiles.

Todo emprendedor sabe desde el principio que -cualquiera que sea su emprendimiento-, siempre traerá asociados consigo un conjunto de riesgos que debe ponderar para determinar en primer lugar si vale la pena siquiera considerar el proyecto.

Una vez que se decide que vale la pena correr el riesgo, el emprendedor planifica y se prepara.

Nota que en las palabras clave he puesto enlaces a mis artículos anteriores. Te recomiendo fuertemente que los leas. No importa si los leíste ya. Vuélvelos a leer porque es Imprescindible que tengas bien presentes estos conceptos.

Durante la reunión que te acabo de comentar, lo que hicimos mi amigo y yo fue ponderar los riesgos. Ese fue el propósito del análisis que efectuamos ese día.

A partir de entonces, mi amigo y yo hemos estado moldeando un diseño previo para nuestro sistema, compartiendo ideas sobre cómo podemos trasladar esa maravillosa idea que sus amigos nos plantearon a la era de la información.

Sí, ¡ni siquiera te lo replantees! Mi amigo y yo deseamos construir un modelo de negocios basado en la Web.

Permíteme confesarte un pequeño secreto: aquel negocio de nuestros días que no tenga presencia en Internet, está muerto.

Es drástica mi afirmación, pero la comprenderás a plenitud cuando te des cuenta de que la era industrial acabó hace más de treinta años.

Actualmente vivimos en plena era de la información. Ve a tu alrededor. Existen multitud de negocios pequeños que enfrentan serias dificultades para ¡Sobrevivir! Porque no se han dado cuenta de esta pequeña y simple verdad.

Hoy en día, para funcionar, los negocios deben tener presencia en la Web.

Las estrategias para hacerlo van más allá de ofrecer contenidos a través de la Web. Ofrecer contenidos es sólo una manera de hacerlo. No la única.

Yo mismo lo he venido haciendo desde hace varios años ya. De hecho, vendo herramientas a través de la Internet y jamás he necesitado mantener inventarios. Como podrás imaginar, es bastante rentable dado que reduzco mis costes de operación al mínimo.

Este proyecto parece haber sido concebido para la Web, aunque sus creadores no lo tienen claro del todo.

Pero para llevarlo exitosamente a la Web es necesario redefinir algunos aspectos clave, de manera que este emprendimiento realmente funcione sobre la Internet. Es precisamente esto lo que mi amigo y yo hemos venido discutiendo desde hace varios días.

La primera pregunta que nos planteamos es “¿Cómo presentar nuestros productos y servicios a nuestros asociados comerciales?”. Quiero que comprendas bien este término: “Asociados comerciales”. Estos asociados comerciales son todos aquellos con quienes hacemos el negocio. Me refiero a nuestros clientes, nuestros proveedores y nuestro personal.

La visión del negocio es distinta para cada uno de ellos, aunque sigue siendo una misma visión. De ahí que necesitamos crear un panorama único para cada uno de nuestros asociados comerciales sin permitir que se pierda la integridad de la visión original.

Hemos debido discutir aspectos tales como los procedimientos, el contexto de la información, la cantidad y la calidad de la información, el alcance de ésta, la manera de presentarla, etcétera.

También hemos hablado mucho de procedimientos. Esto es fundamental. Nuestro deber –con el fin de construir un sistema funcional-, es declarar tan detalladamente como nos sea posible cada procedimiento operativo requerido por nuestro proyecto. No podemos permitirnos dejar cabos sueltos, así que también debemos someterlos a exhaustivas pruebas para identificar desviaciones y corregirlas –por eso no te doy detalles ahora sobre este proyecto-.

Otra cosa que hemos hecho es identificar aquellos recursos materiales, humanos, tecnológicos y económicos que habremos de necesitar para el desarrollo de nuestro proyecto.

Esta es precisamente la labor que estamos haciendo ahora, razón por la cual lo dejaré como tema de un futuro artículo.

Otro artículo que publicaré más adelante tocará el tema relativo al estudio del mercado. Este es un aspecto que –si bien-, de una manera superficial hemos empezado a discutir ya mi amigo y yo, aún no le hemos dado la profundidad que requiere. Por eso es preferible dejarlo como un pendiente por ahora y discutirlo tan pronto hayamos llegado a ese punto.

De momento, mi amigo y yo nos encontramos en la etapa previa a la planeación, etapa en la que estamos identificando todos aquellos elementos que serán fundamentales para realizar cada una de las etapas subsecuentes.

Si deseas emprender, empieza así. Identifica cada aspecto que consideres relevante para tu proyecto. No importa si –al final-, resulta que no era imprescindible. Tendrás tiempo después para evaluar si lo es o no.

Lo que sin duda alguna es importantísimo es que no escatimes en esfuerzo y seas tan prolífico como puedas a la hora de identificar los aspectos que consideres relevantes. Enumera tantos como puedas, aunque no lleves un orden aparente. ¡Solo hazlo!

Tan pronto mi amigo y yo hayamos enumerado tantos aspectos que nos parezcan relevantes, como nos sea posible, comenzaremos a organizarlo todo y –precisamente en ese punto-, es cuando la verdadera planeación comenzará.

Recuerda el Secreto #2 para un emprendimiento exitoso: la Paciencia: Apresurar las cosas solo te conducirá a la frustración que produce un esfuerzo mal encaminado. ¡Sé paciente¡ ¡Toma tanto tiempo como lo necesites! y ¡Hazlo BIEN!

Nos vemos en la próxima entrada de Mi Diario Secreto.

La importancia de tener un sistema

noviembre 17, 2011, 22:44:50 3 comentarios

Si realmente deseas tener un negocio, lo primero que debes hacer es crear un sistema.

¡No! ¡No me refiero a un sistema de información!

Es cierto que contar con un sistema de información para tu negocio es fundamental, sobre todo si percibes tu sistema de información más como un aliado de negocios, que como un mecanismo, una simple herramienta capaz de automatizar tareas manuales, repetitivas y tediosas. Pero no es éste el tipo de sistema al que me refiero.

De lo que estoy hablando es acerca de la necesidad de que sistematices tus procedimientos –estandarizándolos-, de manera que quede perfectamente claro para todo el mundo la manera en que tu negocio funciona.

¿Por qué es necesario hacer esto? Existen una infinidad de razones, pero la que definitivamente te ayudará a comprenderlo de una manera sencilla y sin ambigüedades, es que la idea central detrás de esta necesidad es que tu negocio pueda funcionar por sí mismo, sin ti.

Se trata de un planteamiento bastante simple en realidad. Quizás tú desees iniciar un negocio basado en tu experiencia profesional en alguna actividad que has desarrollado por mucho tiempo -de la cuál-, tienes un conocimiento profundo y dominas en cada aspecto relevante.

Tal vez consideres que quién sabe cómo hacer las cosas eres tú y –por lo tanto-, lo lógico es que tú debas aportar tu experiencia -¡Y tu esfuerzo!-, para hacer funcionar tu emprendimiento.

Hasta cierto punto tienes razón; pero debes considerar que –para que las cosas funcionen como esperas-, no eres tú quien debe realizar el trabajo.

Para hacerlo, contratarás a gente más inteligente que tú que es quien tendrá la responsabilidad de hacer ese trabajo.

¿Por qué no tú? -quizás te preguntes-.

Porque tu función -dentro de tu negocio-, consiste en determinar qué hay que hacer, vigilar que las cosas se hagan, coordinar el trabajo de los demás, formular estrategias apropiadas y revisar que realmente se alcancen los objetivos planteados.

Después de todo, alguien tiene que hacer ese trabajo y, si no confías en la experiencia de tu personal para realizar las actividades más específicas -inherentes al giro de tu negocio- e insistes que solo tú sabes cómo hacer las cosas, entonces te estás auto empleando.

Hay una brecha enorme entre auto emplearse y ser el líder de tu emprendimiento. Para que la visualices, me pondré a mí mismo como ejemplo.

Entre muchas otras cosas, yo desarrollo software. Tengo casi treinta años de experiencia en esta industria. He desarrollado software en una gran variedad de lenguajes de programación y he participado en una multitud de proyectos. Mis últimos proyectos han implementado técnicas de Inteligencia Artificial con el fin de automatizar procesos relacionados principalmente con el núcleo del negocio; es decir, procesos que están íntimamente ligados a la razón de ser de las empresas.

Mis clientes compran mi experiencia. Me buscan porque les ofrezco soluciones. Aunque muchas veces he necesitado ayuda durante el desarrollo de algún proyecto, normalmente trabajo solo. Como ya mencioné, mis clientes me buscan por mi experiencia.

Evidentemente, no soy el único capaz de resolver ese tipo de necesidades y crear las soluciones que se me demandan. Además, añadamos a esto que mis servicios no son baratos.

No obstante, mi compromiso principal al firmar un contrato consiste en aportar mi experiencia para crear una solución. Por ello es que casi siempre trabajo solo en este tipo de proyectos.

Esto es precisamente lo que me convierte en un auto empleado. No delego responsabilidades, hago yo mismo todo el trabajo, vendo mi propia experiencia… ¡No la de otros!

Tras considerar este panorama, es fácil comprender que mis expectativas de ingresos están fundamentadas en qué tanto puedo cobrar por un trabajo que requiere especialización extrema. Por eso mis servicios en cuanto al desarrollo de software son costosos.

También es fácil visualizar que el tiempo que me toma desarrollar un proyecto me impide tener demasiados clientes. Solo tengo aquellos clientes a los que puedo efectivamente atender.

Pero –como ya dije también-, el desarrollo de software es solo una de las muchas cosas que hago.

En otros emprendimientos mi trabajo consiste  en identificar las actividades que es necesario realizar, definir el perfil requerido para el personal que ha de llevarlas a cabo, planificar el proyecto en lo relativo a sus aspectos financiero, de análisis del mercado, diseño de productos y servicios, determinación de metas y objetivos, así como de las estrategias para alcanzarlos, delegar responsabilidades, supervisar el funcionamiento del negocio, visualizar los ajustes pertinentes, implementarlos, etcétera.

Como ves, yo únicamente lidero el proyecto, al tiempo que permito que otros se dediquen a las actividades más específicas.

Cuando tú estás en esta última posición –la del líder-, diseñar un sistema es imprescindible. Lo es porque es a través de dicho sistema como estableces las reglas del juego, las estandarizas, las comunicas a tu personal durante la capacitación y vigilas que las cosas se hagan de la manera en que tú lo definiste.

Por eso, el sistema puede funcionar sin ti.

Hace algún tiempo leí un libro escrito por Donald Trump y Robert Kiyosaki, “Queremos que seas rico”. Debo decir que he leído varios de sus libros y me parecen excelentes, aunque ambos tienen muchos detractores. Sin embargo, los hechos hablan por sí mismos, aunque a sus detractores no les parezca así.

En este libro, en el capítulo octavo, Trump habla sobre la importancia del apalancamiento.

La idea subyacente es bastante sencilla: emplear recursos ajenos a ti en tus emprendimientos es la mejor manera de realizarlos. Un amigo mío destacaba la ironía de que esto es tanto como hacerse rico con el dinero de otros, pero yo considero que es mucho más profundo que eso.

Apalancarse te ayuda –principalmente-, porque puedes contar con mayores recursos de los que tú mismo posees y es precisamente este concepto el que te ayudará a comprender la importancia de crear un sistema y emplear recursos ajenos a ti para hacerlo funcionar.

En el ejemplo que te planteé más arriba sobre las cosas que hago, puedes ver que vender mi propia experiencia es un buen negocio, porque puedo cobrar por ella lo que yo quiera, pero estoy limitado por mi propia capacidad para atender a mis clientes. Tener pocos clientes me obliga a vender muy caro mis servicios y solo puedo lograr esto, si mis clientes valoran suficientemente lo que les ofrezco, como para estar dispuestos a pagarme lo que les pida. En otras palabras, mi límite soy yo mismo.

En cambio, cuando diseño un sistema y adquiero financiamiento, recursos materiales, tecnológicos y humanos, así como cualquier otro recurso que no es totalmente inherente a mí, me estoy apalancando.

El apalancamiento más evidente y –por tanto-, el que más fácilmente podrás comprender, es el financiero. Ya sea que consiga un préstamo, o busque inversionistas, ellos financian mis operaciones, no yo. Trabajo con dinero que no es mío y adquiero el compromiso de hacerlo redituable.

En los demás aspectos, simplemente hago uso de recursos que no me pertenecen. Por ejemplo, cuando contrato personal, asigno actividades específicas a cada persona que trabaja conmigo. Ellos hacen el trabajo, no yo. Eso me permite dedicarme a las actividades propias del liderazgo.

El resultado neto del apalancamiento es que consigo mayores resultados que si hago las cosas por mi cuenta y el negocio puede funcionar perfectamente sin mí, siempre y cuando haya creado un sistema que estandarice los procedimientos, implementando controles que garanticen que son ejecutados de una manera efectiva.

Es precisamente por esto último que te recomiendo crear un sistema. El sistema te permitirá normalizar cada aspecto clave de tu negocio y le dará a los demás, la pauta que requieren para saber cómo hacer las cosas, cómo comprobar que las están haciendo bien, les dará objetivos claros y sabrán sin lugar a dudas qué se espera de ellos. Cada elemento dentro de tu sistema funcionará adecuadamente, en sincronía con los demás, si tu sistema está diseñado a consciencia, de manera que no queden huecos por cubrir, que puedan romper el perfecto balance que tu sistema requiere para funcionar.

Precisamente sobre cómo crear este sistema trata mi libro Cómo crear negocios exitosos, lo cual es el tema central. Te recomiendo que compres mi libro Como crear negocios exitosos y lo leas. Aunque Kiyosaki hace un excelente trabajo explicándote cómo puedes convertirte en emprendedor exitoso, no te explica cómo crear ese sistema que se convertirá en la piedra angular de tu negocio. De hecho, en ninguno de los libros que he leído sobre emprendimiento he encontrado este tema en particular. Mi libro se enfoca a este aspecto. Llena ese vacío que los demás dejan y te explica la manera en que puedes crear tu propio sistema: un sistema que en verdad funcione y que te conduzca al éxito de tu emprendimiento, desde el principio.

Puedes adquirir mi libro visitando mi página de Mercado Libre, donde encontrarás el procedimiento para comprarlo. Si tu deseo por aprender a emprender es genuino,

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¡Diseña tu Sistema y ASEGÚRATE de que funciona antes de Echarlo a Andar!

¡Te he descuidado últimamente!

noviembre 17, 2011, 1:41:48 Deja un comentario

Seguramente habrás notado que en los últimos días no he subido nuevos artículos a mi blog.

Tal vez creas que ya me desatendí de mi blog ¡Y de ti!

Sin embargo, no hay tal.

Admito que te he descuidado últimamente, ¡pero hay una buena razón!

Hace poco más de una semana, unos amigos me buscaron para ofrecerme un nuevo proyecto de negocios.

¡Estoy muy emocionado pues se trata de un emprendimiento muy interesante!

He trabajado con todas mis energías para comprender cada aspecto de este nuevo emprendimiento y –con la ayuda de un gran amigo-, hemos estado diseñando un plan para adaptar este negocio y tomar ventaja de los secretos para hacer negocios en la era de la información.

Aún estamos en los trabajos previos, mismos que explico –con lujo de detalles-, en mi nuevo libro “Como crear negocios exitosos”, mismo que ya está a la venta y que puedes adquirir –de momento-, a través de Mercado Libre.

Si deseas comprar mi nuevo libro “Como crear negocios exitosos” y tomar ventaja ¡YA MISMO! de los secretos para lograr que tus emprendimientos sean un éxito rotundo desde el principio, solo entra a mi página de Mercado Libre y ¡Empieza YA a trabajar en tu éxito!

Recuerda: ¡Otros ya están tomando ventaja de los conocimientos que comparto contigo! ¡Ellos YA han comprado mi libro y están ahora planificando sus emprendimientos para hacerlos exitosos! ¡NO TE QUEDES ATRÁS! ¡EL MOMENTO ES AHORA! Así que no demores en entrar a mi página de Mercado Libre y adquirir mi libro ¡AHORA! para que tú también aprendas el secreto de los grandes emprendedores y te pongas a trabajar ¡DE INMEDIATO! en tu éxito personal y el de tus emprendimientos.

En los próximos días, publicaré a través de este blog MI DIARIO PERSONAL, en el que compartiré contigo lo que estoy haciendo para crear este nuevo negocio.

Sin embargo, si quieres conocer la metodología específica que empleo para crear mis emprendimientos, no olvides comprar mi nuevo libro “Como crear negocios exitosos”, donde te explico –con lujo de detalles-, cómo se hace y de qué manera puedes lograr que tus emprendimientos se conviertan en un éxito total desde el principio.

En mis siguientes artículos te mostraré los elementos de los que me valgo, cómo los utilizo, cuál es su finalidad y su fundamento, qué consigo al hacer uso de dichos elementos, aprenderás cómo se diseña un modelo de negocios, cómo segmentar tu mercado, cómo definir estrategias efectivas para introducir tus productos o servicios en el mercado, cómo y cuándo realizar ajustes a tu modelo, sabrás identificar en qué momento se hace imprescindible realizar dichos ajustes y verás florecer un negocio ¡DESDE CERO!

Permanece pendiente. ¡En mi siguiente artículo te mostraré la herramienta más efectiva para crear tu propio negocio!

Emprender en tiempos difíciles

noviembre 17, 2011, 1:06:21 Deja un comentario

Hoy quiero proponerte cambiar tus paradigmas

¿Has pensado en emprender en tiempos difíciles?

Todos conocemos el vaivén que ha enfrentado durante los últimos meses la economía internacional.

En Europa, las repercusiones de la deuda soberana de algunos países que integran la Unión Europea, tienen el potencial para poner en jaque la integridad de la Unión.

En los Estados Unidos persisten una serie de problemas estructurales que convergen en una situación álgida para la economía de dicho país.

Ni qué decir tiene el efecto que todo esto tendrá para nuestra propia economía.

Por tanto, las preguntas relevantes ahora son:

¿Emprender?

¿Ahora?

Quizás muchos conservadores se resistan ante esta idea.

Yo te digo: ¿Por qué no?

¡Este es el momento en que debes emprender!

Si lo recuerdas, la palabra crisis –para los chinos-, es también sinónimo de oportunidad.

Justo ahora se está gestando un conjunto de circunstancias muy favorables para aquellos que, con una planeación estratégica adecuada, desean realizar nuevos emprendimientos.

¡Todo lo que necesitas es formular las estrategias adecuadas!

A través de mi nuevo libro “Cómo crear negocios exitosos” tú aprenderás cómo planificar estrategias ganadoras.

Serás capaz de comprender por qué este es el momento adecuado y descubrirás la manera de aprovechar las circunstancias que nos plantea la situación económica global para construir un éxito rotundo en tus emprendimientos.

Aprende cómo sacar ventaja de la situación económica global, leyendo mi nuevo libro “Como crear negocios exitosos”.

¡Adquiérelo YA MISMO!

Para comprar mi libro, solo tienes que ir a:

http://articulo.mercadolibre.com.mx/MLM-73126517-aprende-el-secreto-de-los-grandes-emprendedores-ndd-_JM

El éxito en los negocios no es cuestión de azar

noviembre 6, 2011, 22:42:16 1 comentario

¿Has planeado alguna vez poner un negocio porque crees que te dará estabilidad económica y te permitirá disfrutar más tiempo de los tuyos? ¿Tienes bien claro qué tipo de negocio te gustaría poner? ¿Has elaborado algún tipo de plan para iniciar tu negocio?

¿Tienes ya un negocio y las cosas no salen como esperabas? ¿Estás seguro de estar haciendo las cosas correctas? Más aún, ¿las estás haciendo correctamente? Tu gente,… ¿es la correcta?

Muchas personas albergamos la idea de iniciar un negocio que nos permita pasar más tiempo con nuestra gente, tiempo de calidad, que nos permita vivir con la tranquilidad que la estabilidad económica puede proporcionarnos. Algunos, ya hemos iniciado el proceso y nos encontramos con que debemos trabajar más duro que antes y las ventas no responden.

No culpe a la fortuna. De hecho, la suerte nada tiene que ver. Detrás de todo emprendimiento existen siempre explicaciones lógicas y racionales para su éxito o escases de éste. El éxito en los negocios nada tiene que ver con el azar.

La razón por la que vemos emprendimiento prometedores que nunca llegan a alcanzar las expectativas de sus creadores es bien sencilla: No tomaron en cuenta las expectativas de sus clientes.

En todo emprendimiento, el Cliente es la clave. Muchas veces, el emprendedor olvida que la razón de ser de su negocio es que satisface alguna necesidad social. Mucha gente emprende, suponiendo que su idea será un éxito sin precedentes. Piensan que su idea es genial y que a todo el mundo le encantará. Simplemente se olvidan de planificar.

Mi nuevo libro «Cómo crear negocios exitosos» te explica paso a paso, de una manera sencilla y amena, con una profusión de ejemplos, cómo realizar una planeación adecuada para tu emprendimiento, que gire en torno a lo que le hace funcionar: tu Cliente.

En mi libro «Cómo crear negocios exitosos«, aprenderás qué es lo que tu cliente valora, elaborarás una proposición de valor que resuma lo que tu cliente espera de tí, identificarás de qué manera competir en el mercado, discriminarás entre las características que tus empleados deben tener como perfil para que visualicen las cosas como tú lo haces, aprenderás cómo planificar tu emprendimiento conociendo las expectativas de tu cliente y sabrás que hacer y cómo medirlo, para asegurarte de que tus clientes están contentos con tus productos y/o servicios, aprenderás a documentar tus procedimientos y a transmitirlos a tu personal para que todo mundo en tu negocio sepa exactamente qué se espera de ellos y cómo hacerlo.

Puedes encontrarlo ya. Visita mi página de Mercado Libre para adquirirlo.

Cómo crear negocios exitosos

noviembre 4, 2011, 5:42:07 Deja un comentario

¡A partir de este Lunes, 7 de Noviembre de 2011, estará disponible para la venta mi nuevo libro: “Cómo crear negocios exitosos”!

Mi libro “Cómo crear negocios exitosos”, te mostrará –paso a paso-, de una manera sencilla y amena, con una multitud de ejemplos, cómo lograr que tus emprendimientos sean un éxito total desde el principio.

Leyendo mi libro “Cómo crear negocios exitosos” aprenderás como identificar las expectativas que tu cliente tiene con respecto a tu producto o servicio y la manera en que lo produces.

Serás capaz de diseñar un modelo operativo que se alinee a las expectativas de tu cliente y podrás –también-, medir el éxito que obtienes en cada etapa de tu proceso, acercándote más y más a lo que tu cliente espera que le entregues.

A través de mi libro “Cómo crear negocios exitosos” adquirirás una visión fresca e innovadora que cambiará para siempre tu manera de planificar tus emprendimientos.

Tras leer mi libro “Cómo crear negocios exitosos”, nunca más dependerás del azar en tus emprendimientos. Comprenderás el porqué de cada aspecto de la planeación y entenderás que –con respecto a tener clientes satisfechos-, no hay atajos.

Mi nuevo libro “Cómo crear negocios exitosos”, te mostrará que nada con respecto a tus clientes es fortuito. El resultado de tus emprendimientos tiene siempre una explicación objetiva.

Si alguna vez has emprendido y las cosas no resultaron como esperabas, si tuviste que cerrar o nunca conseguiste que tu negocio fuera el éxito que imaginabas cuando lo concebiste, mi nuevo libro “Cómo crear negocios exitosos”, te dirá el porqué, de manera que puedas corregir y lograr que tu emprendimiento se convierta en el éxito que siempre soñaste.

¡Apártalo ya!

¡Desde este Lunes, 7 de Noviembre de 2011 podrás adquirirlo!

¡Aún no ha salido a la venta y ya tengo pedidos!

¡No te quedes atrás!

¡Asegúrate de que lo tienes y conviértete en un emprendedor exitoso!

por José Manuel Manrique Arreola

Sitios de interés:

http://www.directorioenlinea.com.mx

¿Cómo conocer al cliente?

noviembre 4, 2011, 5:03:44 Deja un comentario

Entender la motivación de nuestros clientes para adquirir nuestros productos o servicios nos proporciona una visión inmejorable de lo que tenemos que hacer  y de la manera en que las acciones concretas deber ser realizadas para otorgarles una experiencia satisfactoria.

¿Por qué es deseable que nuestro cliente viva una experiencia satisfactoria mientras adquiere nuestros productos o servicios? La respuesta es obvia. Solo así un consumidor ocasional se convertirá en cliente, solo así le transmitiremos la confianza que requiere para acudir a nosotros una y otra vez, solo así crearemos una masa crítica de individuos potencialmente interesados en lo que tenemos para ofrecerles.

Existen muchas y muy variadas maneras de lograr este objetivo. Una buena manera de comenzar es planteándonos qué satisface nuestra oferta.

El producto que ofrecemos, o el servicio que desarrollamos tiene un conjunto de características que su consumidor considera deseables y –por ello-, decide aceptar nuestra oferta.

Una vez que identificamos estas características y establecemos cómo desarrollarlas, la siguiente cuestión a plantearnos es ¿cómo le gustaría a nuestro cliente que hiciéramos las cosas?

El individuo que se acerca a nosotros porque confía en que seremos capaces de satisfacer sus expectativas, lo hace –en primer lugar-, porque desea experimentar nuestra oferta para poder evaluarla y –posteriormente, si logramos satisfacerle en ese contacto inicial-, porque siente que el resultado que obtuvo cumple con y -en el mejor de los casos, excede-,  lo que esperaba obtener.

Para ser capaces de alcanzar el objetivo de satisfacer las expectativas que nuestro cliente pone en el producto o servicio que le ofrecemos, es necesario implementar una serie de actividades encaminadas a producir el bien o servicio que ponemos a su disposición.

Estas actividades tienen que ser desarrolladas de la manera correcta ante los ojos del cliente. Es decir, cada fase del proceso que implementamos debe cumplir con un estándar que garantice la satisfacción –a plenitud-, del consumidor.

Esto requiere de un proceso en el que –auxiliándonos de distintas técnicas y herramientas-, determinamos la manera en que –desde la perspectiva de nuestro cliente-, sería deseable que realizáramos cada etapa, hasta obtener el producto o servicio que entregamos al cliente.

El resultado será la identificación de las expectativas de nuestro cliente, y esto será la base de la planificación subsecuente de la forma en que debemos estructurar nuestras operaciones.

Mi nuevo libro: “Cómo crear negocios exitosos”, detalla la manera de realizar este proceso.

A través de la metodología que se explica en mi libro “Cómo crear negocios exitosos”, usted estará capacitado para diseñar su modelo de negocios, con la garantía de que su emprendimiento será exitoso, pues considera a su cliente en primer lugar.

Falta ya muy poco para que pueda adquirirlo. Este Lunes, 7 de Noviembre de 2011 estará ya disponible para la venta.

¡Esté pendiente!

por José Manuel Manrique Arreola

¿Cómo conocer a la competencia?

noviembre 1, 2011, 23:38:26 Deja un comentario

Hace algunos años, en un emprendimiento que desarrollé, tuve la necesidad de crear un plan de negocios. Una de las tareas que tuve que realizar fue identificar a mis competidores.

Hay muchas razones magníficas para hacerlo. En primer lugar mencionemos la participación del mercado. Cuando uno elige un producto o servicio que desea ofrecer al mercado, lo más probable es que ya haya otros que ofrecen exactamente ese producto o servicio, de manera que a nosotros solo nos tocará una tajada del pastel.

Es evidente que nos gustaría mucho tener la tajada más grande, pero esto está condicionado a qué tan importantes son nuestros competidores para el cliente. Comprender esto es bastante sencillo. Suponga que desea comprar un automóvil. ¿Cuál elegiría? ¿Por qué?

Es muy posible estas dos simples preguntas hayan provocado una reacción en su cerebro. Posiblemente usted ya está pensando en una determinada marca y modelo de automóviles. Es probable que intente justificar su respuesta enumerando una serie de características deseables, como sus preferencias personales, el rendimiento, su propia economía, su experiencia anterior, su necesidad por alcanzar un determinado status, etcétera, que solo puede ofrecerle ese automóvil de esa marca y modelo en particular. Para usted, su decisión favorece a un determinado fabricante porque usted lo percibe como aquel que es quien mejor cumple sus expectativas.

Otra razón no menos importante es identificar qué cosas hace su competencia que –ante los ojos del cliente- son inmejorables. Así mismo, es necesario también conocer cuáles son aquellas acciones que hace su competidor que el cliente detesta –la razón es evidente-.

Comprender esto le permitirá visualizar sus riesgos y oportunidades. Menciono los riesgos en primer lugar porque –en realidad-, los riesgos merecen tanta atención como las oportunidades. En lo personal, considero que son mucho más importantes que las oportunidades, no por una actitud de cautela, sino porque los riesgos nos ayudarán a comprender nuestras propias limitaciones en primer lugar y, enseguida, porque precisamente gracias a estos podremos encontrar oportunidades que –de otra forma-, pasarían desapercibidas ante nuestros ojos. En un momento más regresaré a este punto en particular.

Ahora bien, las oportunidades –más que nada-, se harán evidentes cuando examinemos qué cosas hace nuestra competencia que desagradan al cliente. Esos aspectos que nuestra competencia no ha identificado –o que ignora deliberadamente-, son las oportunidades que buscamos. Satisfaciendo al cliente en esos aspectos, los atraeremos hacia nuestro emprendimiento.

Regresando al tema de los riesgos, éstos son interesantes porque las oportunidades subyacentes se fundamentan en que aún las cosas que mejor hace nuestro competidor son perfectibles y -normalmente-, nos conducen hacia nuevos mercados que, ni nuestro competidor, ni el mismo cliente, han visualizado aún.

Quizás usted sea demasiado joven para recordarlo, pero hubo un tiempo –en los ochentas-, que solíamos grabar en cintas de video películas, eventos familiares o empresariales y hasta programas de televisión que queríamos ver pero que, por nuestra agenda, era imposible llegar a tiempo para disfrutarlos.

En la época de las cintas de video, la cinta VHS era muy popular cuando se lanzó al mercado el formato Beta, que era mucho más eficiente que VHS. ¿Qué pasó? Pues Beta tuvo que salir del mercado porque la gente siguió favoreciendo con su preferencia al formato VHS. ¿Por qué ocurrió esto? Simplemente porque había más películas [en las tiendas de video] disponibles en formato VHS, que las que había en formato Beta.

Parecía evidente que Beta desbancaría a VHS por sus mejoras tecnológicas. Tan evidente lo era que produjo una ceguera temporal en el fabricante. No vieron la proliferación de videos en formato VHS y eso fue lo que les sacó del mercado.

Así que, conocer qué cosas que hace su competidor son perfectibles le dará una gran ventaja competitiva. Por eso es necesario prestar más atención a los riesgos.

Otra razón para estudiar a nuestro competidor es la estrategia. Si usted sabe que hay ya una empresa que ofrece el mismo producto o servicio que usted desea poner a disponibilidad del cliente, conocer cómo opera su competencia le permitirá encontrar una manera fresca e innovadora de entrar al mercado, creando un nuevo nicho en el proceso. Esto es lo que se denomina posicionamiento y puede encontrar una explicación sobre cómo funciona leyendo mi anterior artículo “¡Cómo conocer el mercado? Parte II”.

¿Por qué cree que existen tantos supermercados distintos en una misma ciudad? Simplemente porque cada uno implementa una estrategia que les ubica en un determinado nicho del mercado. Cada uno orienta sus esfuerzos a un tipo de cliente en particular, cada uno define sus estrategias de mercadeo, cada uno implementa acciones específicas diseñadas para captar la atención de un tipo de cliente específico.

Cómo lograr entender a su competidor es uno de los temas que se tratan en mi libro “Cómo crear negocios exitosos”, que saldrá a la venta a partir de la próxima semana.

¡Esté pendiente!

por José Manuel Manrique Arreola

¡Entrega valor a tus clientes!

noviembre 1, 2011, 22:44:46 Deja un comentario

¿Quién, sino el cliente, es el responsable del éxito de nuestros emprendimientos? ¿Quién, sino uno mismo, es el responsable de su fracaso? ¡Sí! No busque alrededor al responsable.

Sé que la aseveración anterior es visceral. La gran mayoría de los emprendimientos fracasan porque: (1) No somos capaces de entregar a nuestros clientes el valor que ellos esperan y merecen, (2) No comprendemos la psicología de nuestros clientes completamente, (3) No nos tomamos la molestia siquiera de averiguarla, (4) Intentamos generalizar demasiado, proclamando a los cuatro vientos que somos la empresa líder del mercado, que tenemos todo y hacemos de todo, sin detenernos un breve instante a reflexionar si acaso estamos logrando que nuestro cliente tenga una experiencia satisfactoria y (5) –lo más importante de todo-, no adquirimos la destreza necesaria en la única especialidad que realmente cuenta: NUESTRO CLIENTE.

¿Por qué la gente nos compra? Simple y llanamente porque a través de nuestros productos y servicios satisfacemos una necesidad o un deseo, le ayudamos a enfrentar sus temores y, a través de ello, le entregamos esa sensación de confort que tanto busca.

Todos los negocios tienen una misión social que cumplir. Si no la tuvieran no existirían, en primer lugar.

Hace unas horas, alguien me preguntó en mi blog: “¡Oye Manuel! ¿Qué quieres decir con eso de que todas las empresas tienen una misión social?”. La respuesta es muy sencilla: Los negocios existen para hacer llegar al consumidor productos y servicios que éste requiere porque le hacen sentir bien.

Es como como conquistar a esa persona especial. La seducción consiste en hacer sentir bien a quien se seduce. Cuando una persona se siente a gusto con lo que uno tenga que ofrecerle, esa persona nos buscará una y otra vez.

Nuestro cliente es a quien deseamos seducir y –para conseguirlo-, tenemos que satisfacer esa emoción particular que le insta a buscarnos. Si lo logramos, ese cliente regresará. Si no lo conseguimos, esa persona será un consumidor ocasional que tal vez nos busque nuevamente porque no pudo encontrar lo que busca en ningún otro lugar y lo más probable es que no vuelva si tiene alternativas.

Satisfacer esa emoción que hace sentir bien a nuestro cliente es nuestra misión social.

La mayoría de los negocios no llegan a convertirse en ese éxito rotundo que sus emprendedores imaginaron cuando concibieron esa idea maravillosa, porque el emprendedor se concentra en aspectos que son accesorios y supone que por cumplir con todos los requisitos que el gobierno le impone, con eso podrá salir adelante.

¡No se detiene a pensar por un momento que es el cliente quién hace que su emprendimiento funcione!

Si lo hiciera, podría planificar cada simple aspecto de su emprendimiento para conseguir ese objetivo que es el que deberíamos tener como primordial: ¡Entregar VALOR a nuestro CLIENTE!

Mi nuevo libro “Cómo crear negocios exitosos”, le explica paso a paso, de una manera sencilla y amena, a través de una multitud de ejemplos, el proceso de planificación adecuado para lograr que nuestros clientes vivan una experiencia satisfactoria.

Busque mi nuevo libro a partir de la semana entrante.

por José Manuel Manrique Arreola

La importancia de hacer las cosas correctas, correctamente, con la gente correcta

octubre 31, 2011, 17:17:59 2 comentarios

Toda empresa realiza un conjunto de actividades que son necesarias para producir sus productos y/o servicios, presentarlos al mercado y entregarlos a sus clientes.

Si una sola de estas actividades no se realiza de la manera correcta, el resultado puede ser catastrófico. Por esta razón es necesario visualizar la manera correcta de hacer las cosas.

No obstante, aunque uno se tome el tiempo de definir cuál es la manera correcta de hacer las cosas, si las personas que las hacen no saben cómo hacerlas, o no ponen el cuidado que se requiere en su realización, la catástrofe de todos modos ocurrirá. Esto hace imprescindible que el empresario se asegure que las cosas correctas se llevan a cabo correctamente.

Sin embargo, hacer las cosas correctas, correctamente, depende de que quien las haga, tenga la preparación y el perfil adecuados. Sin los conocimientos y el perfil requeridos, el resultado que se logre no será el esperado, sin importar que se hayan realizado las actividades correctas y se hayan hecho correctamente. Cuando alguien detesta lo que hace, sus resultados son mediocres.

Mi nuevo e-Book -«Cómo crear negocios exitosos»-, te enseñará cómo identificar cuáles son las actividades correctas para tu emprendimiento, aprenderás cómo crear procedimientos de trabajo que aseguren que las cosas correctas se hacen correctamente y -tras leerlo-, serás capaz de identificar el perfil apropiado para cada puesto que crees en tu empresa.

Así mismo, en mi nuevo libro “Cómo crear negocios exitosos”, aprenderás cómo planificar tus emprendimientos para asegurar que cumples con el que debe ser el objetivo primordial de todo emprendimiento: “Otorgar valor a nuestros clientes”. Clientes contentos, son clientes fieles.

¡Anótate ya! Mi nuevo libro “Cómo crear negocios exitosos” saldrá a la venta a partir de la próxima semana. ¡Sé de los primeros en leerlo!

¿Cómo conocer el mercado? Parte II

octubre 30, 2011, 16:48:53 Deja un comentario

Algunas ocasiones elegimos un emprendimiento de manera subjetiva. Las razones pueden ser muchas y muy variadas. Podría ser que elegimos un proyecto basándonos en la experiencia que tenemos en ese tipo de negocio en particular, una atracción particular que sentimos hacia ese rubro, posiblemente porque consideramos que podemos hacerlo mejor que otros, o bien, porque suponemos que elegir ese emprendimiento es lo más evidente y lo más prometedor.

De hecho, en la mayoría de los casos así es. Sin embargo, dejamos de lado un análisis objetivo de nuestras posibilidades reales y hacerlo de esta manera suele resultar muy costoso y conducirnos a una experiencia muy dolorosa.

Hay que comprender una cosa perfectamente antes de tomar cualquier decisión: hay proyectos que son muy comunes y que normalmente es en lo primero que los demás piensan cuando quieren emprender. Ejemplos de estos son los restaurantes, las papelerías, los cibercafés, las tiendas de abarrotes y minisupers, los expendios de bebidas alcohólicas, las boutiques,… y nuestra lista podría seguir y seguir.

Un error común es hacer suposiciones como: “la comida siempre vende” o “el negocio de licores siempre estará aclientado”, tan sólo porque nos resulta evidente en primera instancia, sin hacer un estudio adecuado del mercado antes de decidir.

Es muy cierto que todos tenemos que comer y que la comida tiene que venderse, el problema es si nuestra oferta resultará lo suficientemente atractiva para el consumidor.

No obstante, vamos a suponer que insistimos en abrir un restaurante. ¿Ya pensó en qué tipo de comida ofrecerá? ¿Qué precios está facultado para manejar, considerando sus costos? ¿La gente realmente demanda ese tipo de comida? ¿Les parecerá justo el precio de sus platillos a sus clientes? ¿Qué tan eficiente será su servicio? Y –quizás más importante aún-, ¿existen otros restauranteros que se hayan instalado previamente y que estén ya aclientados? ¿Será usted capaz de competir en un mercado saturado?

Déjeme contarle un pequeño secreto: En realidad no importa cuántos otros restaurantes haya a su alrededor si usted es capaz de presentar a los consumidores una alternativa innovadora que no se puedan resistir a experimentar.

En la primera parte de este artículo puse como ejemplo un proyecto para desarrollar software de automatización. En ese mismo artículo mencioné que el mercado del software administrativo es menos atractivo para el emprendedor porque existe una gran cantidad de otros sistemas de información que se enfocan a las funciones administrativas de las empresas.

Esto es cierto… parcialmente. La realidad es que existen muchas compañías que ofrecen este tipo de software y entre ellas, existen compañías muy bien posicionadas, que cuentan con la mayor tajada del pastel de la participación del mercado, de modo que pretender competir contra ellas es… iluso.

No obstante, aún es posible entrar en ese mercado en condiciones de competitividad. El truco es el posicionamiento.

Para ayudarle a comprender este concepto voy a recurrir a un argumento bastante simple.

El ser humano –como dijera un gran amigo mio, Rudolf Schneeberger-, “es un animal de costumbres” –sé que esta aseveración podría parecerle muy visceral, pero la realidad incómoda para la mayoría de nosotros es que el ser humano es también un animal, que se distingue de las demás especies animales por su capacidad de abstracción y raciocinio-.

Hago esta referencia porque así es. Una persona que encuentra una manera de enfrentar a una circunstancia específica, que le funciona, continuará practicando esta solución exactamente de la misma manera, hasta que se presente un factor que le obligue a modificar su comportamiento.

En términos mucho más sencillos. ¿Ha observado que cuando adquiere un producto que consume habitualmente, usualmente siempre busca la misma marca o lo compra siempre en la misma tienda?

La razón por la que actuamos así es que resulta mucho más sencillo para nosotros continuar ejerciendo esta praxis una vez que logramos un resultado que nos satisfaga.

Es decir, en el caso específico de los satisfactores que adquirimos, lo más probable es que cuando hayamos encontrado ese producto que nos satisface a plenitud, continuemos comprándolo en el futuro.

El posicionamiento –entonces-, busca motivar la adquisición de satisfactores presentándole a nuestra mente razones por las cuales adquirir un producto determinado es nuestra mejor decisión. Para lograrlo, la publicidad intenta llegar a nuestra consciencia a través de un lenguaje llano, simple de comprender y subversivo, para captar nuestra atención, o que implique un cierto ritmo, de manera que se facilite la filtración del mensaje hacia nuestro subconsciente, como la melodía pegajoza que a veces invade nuestros pensamientos y que no podemos desalojar por más que nos esforcemos.

Cuando pensamos en marcas y elegimos las más conocidas, no es tanto por las características inherentes de los productos que buscamos, como por los efectos del posicionamiento. Buscamos dentríficos de esa marca tan conocida, porque el publicista hizo un excelente trabajo haciéndonos llegar un mensaje que se fijó en nuestro cerebro. A eso se debe que –cuando entramos al supermercado con la idea de surtir la despensa y uno de los artículos que tenemos que comprar es un dentífrico-, lo primero que buscamos es ese dentífrico particular que la publicidad ya nos vendió, aún antes de tener incluso la intención de comprarlo.

Una compañía bien posicionada es pues nuestra primera elección –y la más obvia para nosotros-, cuando deseamos adquirir un producto.

¿Cómo competir entonces contra esas compañías fuertes, ya posicionadas, que entraron antes que nosotros al mercado?

La respuesta es muy simple: buscando nuestra propia posición en la mente del consumidor.

Aunque la respuesta es simple, el proceso en sí, es algo más complejo.  Las soluciones más bellas son las más sencillas. Pero no se confunda. La sencillez suele esconder la complejidad a través de un proceso que –al final-, se expresa con simplicidad.

Mi nuevo libro “Cómo crear negocios exitosos” le enseña a realizar este proceso a través de un conocimiento profundo de lo que su cliente espera. Una vez que usted conoce a su cliente, puede definir estrategias para entrar en el mercado, sin importar cuán competido esté y mi libro le enseñará cada uno de esos aspectos de una manera muy sencilla y amena, haciendo uso de una multitud de ejemplos que le ilustrarán –paso a paso-, como realizar este proceso.

¡Esté pendiente por que muy pronto estará disponible para la venta!

La importancia de conocer a tu cliente, acotar tu nicho de mercado y enfocarte en aquellas cosas que otorgan valor a tu cliente

octubre 27, 2011, 16:54:19 5 comentarios

El principal error que cometen muchos emprendedores es diseñar su negocio para satisfacer los requisitos fiscales y de seguridad social.

Terminan olvidando lo principal: ¡SU CLIENTE!

Todo negocio tiene una misión social. De otra forma no existiría.

Los cimientos de todo negocio son las expectativas de los clientes. Es por ello que todo emprendedor debe -antes que cualquier otra cosa-, comprender a su cliente.

Solo cuando se invierte esfuerzo en conocer al cliente, se hace posible determinar quién es nuestro cliente. Puedes vender los zapatos deportivos de la más alta tecnología, pero aquellos que no practican deportes o a quienes no les atraen los accesorios deportivos, jamás te comprarán. El mercado de toda empresa es limitado. Por eso toda empresa debe identificar cuál es su nicho de mercado.

Pero hay otro error que cometen los empresarios y es tragarse el cuento de que su negocio es el líder del mercado. La realidad es que proclamarse «el número uno», NO IMPRESIONA al cliente. El cliente le comprará a la empresa que consiga satisfacer sus expectativas. Esta última reflexión te obliga a enfocarte solo en aquellos aspectos que otorgan valor a tu cliente.

Mi nuevo e-Book -«Cómo crear negocios exitosos»-, te guiará paso a paso, de una manera muy sencilla e ilustrativa, como planificar tu negocio para lograr el que debe ser tu objetivo primordial: ¡Hacer que tus clientes VIVAN una experiencia satisfactoria!

¿Cómo conocer el mercado? Parte I

octubre 27, 2011, 13:51:52 Deja un comentario

En mi anterior artículo “Conocer el mercado”, le hablé de la importancia que esto tiene. Hoy quiero profundizar un poco más. Hoy le hablaré de cómo puede conseguirlo.

Todo mercado está formado por una colectividad de individuos e instituciones que buscan satisfacer un deseo, una necesidad o hacer frente a un temor, que una empresa puede satisfacer a través de su oferta.

Todos los integrantes comparten este aspecto, pero solo un subconjunto de ellos está potencialmente capacitado para adquirirla.

Las estrategias específicas para llegar a este mercado en potencia crean una segmentación de éste y conforman subconjuntos más específicos, que se constituyen –cada uno-, en un mercado meta.

Dentro de un mercado meta, existe un subconjunto más, conformado por aquellos individuos e instituciones a los que finalmente llegamos.

Hace algunos meses tuve la oportunidad de ver un video en el que Steve Jobs –que en paz descanse-, planteaba a sus colaboradores sus estrategias y objetivos para producir su computadora NEXT, una de las mejores que han existido.

Sobra decir que fue un proceso inconmensurablemente interesante, en el que se ponía en acción todo cuanto acabo de decir. Establecía –no solo-, las características que debía implementar el producto, sino los objetivos que era imprescindible cumplir y las razones por las que esto se hacía necesario. Jobs era un verdadero maestro en cuestiones de mercadotecnia.

Le menciono porque para ilustrar este tema me valdré de un ejemplo lo más sencillo posible que muestre el proceso.

Antes de entrar de lleno en el asunto que expondré, debo mencionar que es necesario reunir tanta información como le sea posible sobre: la situación económica en que se encuentra inmersa el mercado, las tendencias que éste presenta, el tipo de consumidores que puede encontrar en él, qué otros productores de la misma oferta existen, cual es el potencial de cada uno de ellos para satisfacer la demanda, a qué alternativas específicas puede acudir, los canales de distribución disponibles, en fin, mientras más completa sea la información que logre reunir, mejor capacitado estará para realizar una planeación adecuada.

Toda esta información puede adquirirla a través de diferentes fuentes primarias y secundarias, es decir, aquellas que proporcionan información de primera mano, como las encuestas, y las que se obtienen a través de recopilaciones existentes, como las estadísticas de ventas de que disponga.

Ahora bien, para propósitos de nuestro ejemplo, considere que desea entrar en el mercado del software para computadora. Hasta este punto aún somos bastante ambiguos. Necesitamos precisar mejor en qué consiste nuestra oferta.

Hay software para una multitud de propósitos diferentes: software para negocios, software de ERP, software de juegos, software educativo, software para propósitos personales,… y la lista podría seguir.

Es claro que uno podría desear ingresar en un mercado muy específico, bien por preferencias puramente personales, o tal vez, por la experiencia adquirida, o por la razón que se le ocurra. Esto puede funcionar si aplica la estrategia correcta, pero si no lo hace podría resultar en un fracaso espectacular.

Para clarificar un poco este punto, suponga que usted desea crear una aplicación para administración. Eso es perfecto si tiene posibilidad de competir pero, si no es así, lo más probable es que tenga que enfrentar a muchos otros productores, quienes ya están posicionados y que tienen mayor capacidad que usted para satisfacer la demanda del mercado.

Así que, es mucho mejor ser objetivos al momento de elegir en qué mercado entrar.

Quiero enfatizar bien este punto. Puede elegir un mercado específico de manera subjetiva, pero debe tener claros los riesgos que esto implica, o puede elegirlo de manera objetiva, que es precisamente de lo que trataremos aquí.

No obstante, no descarte del todo una opción subjetiva. Aún con todo en contra, puede localizar la estrategia adecuada que le permita ingresar en condiciones de competitividad, pero ese es otro tema sobre el que abundaremos después.

Para nuestro ejemplo, visualice un mercado del software en el que se venden dos tipos principales de software: el software del sistema y el software de aplicación, que puede considerar un subconjunto del primero; es decir, todos los usuarios de computadoras requieren software de sistema, de otra forma no podrían utilizar sus computadoras; sin embargo –a través de éste-, son capaces de instalar software de aplicación específico, para los propósitos que más les convengan.

Ahora bien, dentro del subconjunto del software de aplicación, consideremos que existe software para empresas y software para propósitos personales.

Esta subdivisión es importante porque nos permite visualizar el mercado que tenemos disponible y elegir en función de la rentabilidad que esperamos.

Si nos dedicáramos a producir software para empresas, tendríamos la ventaja de que podemos producir rentabilidad a través del precio de nuestros productos, pero esto también implica que estaremos obligados a ofrecer algún tipo de certificación y garantías que las empresas nos exigirán.

Por otra parte, si elegimos producir software para uso personal, la rentabilidad estará en función del tamaño del mercado, ya que este tipo de software normalmente debería tener precios accesibles o, por las tendencias del mercado, ser preferentemente gratuito, con lo que la rentabilidad se produciría a través de otros medios, como el soporte.

Supongamos que elegimos crear software para empresas. La siguiente pregunta importante es ¿qué tipo de software producir? Para simplificar, consideremos las siguientes opciones: software para administración y software de automatización.

Es evidente que existe una importante oferta de software para administración. Tan solo considere a SAP que, de nuevo por cuestiones de tendencias, parece ser la opción favorita de las empresas. Si decidiera optar por esta alternativa, enfrentaría una competencia monumental, así que debería pensar en estrategias que le permitan competir en este mercado.

Un mercado mejor es el del software de automatización, puesto que este es más específico, dado que ataca directamente el núcleo del negocio y, por ende, se orienta a circunstancias mucho más específicas.

Así pues, elegimos producir software de automatización. Lo siguiente es definir la estrategia. Podemos ofrecer este software por medio de mecanismos de licenciamiento, o bien, a través de un esquema de pólizas de servicios.

La primera opción implica que venderemos licencias de uso de nuestro software y, quizás, obtengamos ingresos adicionales a través del soporte, la capacitación y el mantenimiento.

La segunda opción tiene que ver con un contrato de servicios por un periodo previamente acordado, durante el cual percibiremos ingresos a intervalos regulares, a cambio de mantener el software funcionando conforme a los requisitos impuestos por el cliente y dar soporte y capacitación cuando éste lo requiera.

Escogeremos la segunda alternativa dado que nos permite un flujo regular de captaciones y, de esta manera, estaremos en mejor posibilidad de financiar nuestras operaciones.

Profundizando, es necesario plantearnos la cuestión de qué tanto podemos ampliar nuestro mercado en el futuro.  ¿Existe la posibilidad de ingresar en el mercado doméstico, además del industrial? ¿Contamos con la capacidad tecnológica para crear software de sistema? ¿Es factible nuestra estrategia de vender servicios, más que el software per se en estos mercados? ¿Qué tendencias podemos visualizar a partir de esto?

La posibilidad de abarcar mercados que aparentemente no tienen relación con el mercado que escogimos en primer lugar dependerá de qué funciones integre nuestro software. Si nuestro software se enfoca a coordinar la operación de la planta instalada, será demasiado específico para atender a necesidades domésticas. Sin embargo, hay muchos aspectos susceptibles de automatización que pueden llegar a trasladarse al mercado doméstico y, también, muchas estrategias que se pueden delinear para conseguirlo.

Pensemos, por ejemplo, en el control de acceso. Originalmente podríamos desarrollar una aplicación que permita o inhiba el acceso a las instalaciones de una empresa. Este mismo software puede ser aprovechado en el hogar a través de una estrategia que nos permita ofrecer el servicio implementando nosotros mismos la infraestructura requerida.

Por otro lado, hablando del mercado de software de sistema, dado que existen una variedad de dispositivos de control de acceso, podríamos incluir una biblioteca de utilerías que pongamos a disposición de otros desarrolladores para simplificar sus desarrollos.

En lo relativo a las tendencias, de hecho, podríamos ser nosotros quienes las estableciéramos si nuestra oferta es lo suficientemente atractiva y esto –de nueva cuenta-, lo conseguimos a través de una estrategia apropiada.

Como ve, el conocimiento de nuestro mercado es el pilar para la planeación objetiva de nuestros proyectos.

Al ser objetivos durante el proceso, podemos ser capaces de visualizar las oportunidades subyacentes, podemos dimensionar nuestras posibilidades, somos capaces de crear estrategias ad hoc, comprendemos los riesgos implícitos y estamos mejor capacitados para tomar las decisiones más pertinentes.

En la segunda parte de este artículo hablaremos de cómo definir estrategias para entrar en un mercado específico que elegimos subjetivamente. Esté pendiente.

Manuel Manrique

Los mega-nichos

octubre 25, 2011, 0:30:34 Deja un comentario

Algo que todo empresario debe tener bien presente es cuál es el nicho de mercado al que ha de realizar su oferta.

Establecer cuál es el nicho más apropiado para presentar un producto o servicio es fundamental. Todo su emprendimiento depende de una adecuada elección.

En términos muy generales, un producto o servicio puede orientarse a tres mega-nichos principales: el amor, la salud y el dinero.

El mega-nicho del amor corresponde a aquellos productos o servicios que pretenden acercar a su usuario a los lazos afectivos y de socialización que todos como seres humanos necesitamos. Dentro de este mega-nicho se pueden ubicar productos como los perfumes, la moda, las relaciones sociales, la belleza y muchos otros.

En el mega-nicho de la salud, por otra parte, se ubican aquellos productos y servicios destinados a mantener una buena salud y resolver problemas inherentes a ésta. Ejemplos de productos y servicios dentro de este mega-nicho son las medicinas, los tratamientos, de nuevo, la belleza y otros.

Ahora bien, en el mega-nicho del dinero encontraremos aquellos productos y servicios destinados a ayudar a la gente a resolver sus problemas económicos y producir prosperidad. Ejemplos de ellos son los consejos financieros, las franquicias y modelos de negocios, productos que ofrecen colocar a su usuario dentro de una élite específica u otorgarle un determinado status social.

Notará que algunos productos podrían caber bien dentro de uno u otro de los mega-nichos. Dónde lo coloque es cuestión de estrategia. Por ello, como empresario, es su deber conocer su participación de mercado.

Elegir una estrategia sobre otra puede colocarlo en un mercado muy competido o para el cuál no hay la demanda que espera.

Debe integrar todo lo que ya he expuesto en mis artículos anteriores sobre conocer a su cliente, al mercado y a sus competidores, de manera que pueda visualizar el panorama completo antes de tomar una decisión al respecto.

De nueva cuenta, una elección incorrecta le conducirá a una estrategia incorrecta y –ésta- a un proyecto que no resulta conforme a sus expectativas.

Conocer la competencia

octubre 24, 2011, 23:49:49 Deja un comentario

Dentro de una industria específica -a menos que se trate de un monopolio-, siempre existe la posibilidad de que exista un conjunto de empresas que ofrece productos o servicios parcialmente diferenciados, todas ellas buscando el mismo segmento e intentando ganar terreno a las demás a través de la diferenciación.

Para un empresario es una necesidad identificar a sus competidores y entender qué los hace mejores o peores ante los ojos del cliente.

Sin embargo -este-, es un enfoque bastante simplista. Definitivamente, al examinar a los competidores siempre se encontrarán aspectos perfectibles y es propósito de la estrategia encontrar mecanismos que permitan aumentar la competitividad de una empresa.

Aún entre empresas que se dedican al mismo giro, estas no son necesariamente competidoras. Pueden abordar al mercado de maneras diferentes y enfocarse a clientes distintos, aun cuando en apariencia vendan productos o servicios muy similares entre sí.

Dado que la participación del mercado se determina por la cantidad de empresas con actividades similares dentro de una industria específica y su propia capacidad para abordar dicho mercado, encontrar un mecanismo que subdivida ese segmento particular, creando nuevos segmentos es una excelente estrategia de competitividad.

El conquistador romano Julio César diría «Divide y vencerás». El empresario moderno puede retomar ese enunciado y aplicarlo a sus emprendimientos para establecer su posición dentro del segmento del mercado al que aborda y -para lograrlo-, debe ser capaz de encontrar oportunidades dentro de un mercado en el que aparentemente todo lo que había por descubrir ha sido descubierto ya.

Conocer el mercado

octubre 24, 2011, 23:43:56 Deja un comentario

Si eres empresario, ¿alguna vez te has puesto a pensar en qué tamaño tiene tu mercado potencial? ¿has pensado en cuántos competidores tienes? ¿Conoces las tendencias vigentes en la industria dentro de la que te ubicas? ¿Tomas en cuenta los efectos de los eventos económicos, políticos y sociales que ocurren a tu alrededor a cada instante?

Conocer el tamaño de tu mercado potencial y compararlo contra la cantidad de competidores que tienen te permite establecer tu participación del mercado. Pero aún esto permanece en constante evolución y es algo que debes mantener vigilado para definir las estrategias más adecuadas para realizar los ajustes pertinentes.

Así mismo, las tendencias del mercado son importantes. El antiguo filme fue sustituido por la video cámara y con el tiempo, incluso éstas han sufrido la evolución de la tecnología: la video cinta fue re-emplazada por el CD y éste por los modernos dispositivos de almacenamiento masivo implementados electrónicamente.

Es más que evidente el efecto de las circunstancias que ocurren día a día a nuestro alrededor en lo relativo a los acontecimientos políticos, económicos y sociales. Cada uno de ellos tiene un efecto directo sobre el mercado y moldea las tendencias del mismo.

Estar atento a estos factores nos ayuda a identificar riesgos, pone en evidencia las oportunidades y nos da un panorama completo de las decisiones que se requieren para mantenernos competitivos.

Conocer al cliente

octubre 24, 2011, 23:40:18 Deja un comentario

¿Recuerdas la última cosa que compraste? ¿Fue algo que compras con frecuencia? ¿Es siempre de la misma marca?

Cuando compramos cosas, elegimos aquellas que nos dan un cierto nivel de confort. Es bien cierto que a veces las circunstancias nos obligan a adquirir bienes o servicios, incluso aquellos que no queremos, pero el efecto subyacente -ese que en tales circunstancias no consideramos-, se constituye en el efecto de confort que buscamos.

Analicemos lo anterior un poco más. La mayoría de las cosas que adquirimos nos proporcionan un efecto directo y consciente de confort. Por esa razón las elegimos en primer lugar. Sin embargo, en otras ocasiones adquirimos productos o servicios que no tenemos planeado utilizar en la búsqueda de un beneficio personal, sino más bien para cumplir con algún requisito, por compromiso o por solidaridad. Sin embargo, en cada uno de los casos hay siempre algún elemento que -de manera indirecta-, nos proporciona ese efecto de confort que buscamos.

Piensa por ejemplo en la última vez que adquiriste un objeto para regalárselo a alguien quién -con toda la amabilidad del mundo-, te invitó a una fiesta. Ese objeto que compraste no era para tu disfrute personal, pero te hizo sentir bien contigo mismo el hecho de que haces feliz a otra persona.

Todos adquirimos cosas porque de forma directa o indirecta satisfacen una emoción particular.

Ahora bien, conocer los mecanismos que nos motivan a consumir bienes y servicios es un medio excelente para planificar estrategias que funcionen al presentar nuestros productos y servicios a la gente que conforma nuestro mercado meta.

Motivar la compra de nuestros productos debe ser nuestro objetivo como empresarios y -para conseguirlo-, debemos entender qué emociones despiertan nuestros productos y servicios en nuestros clientes, de manera que -al presentárselos-, logremos captar su atención y despertar su interés en nuestra oferta.

No puedes esperar que todas las personas vayan a pelearse por ese nuevo producto o servicio que acabas de lanzar al mercado por una razón muy sencilla: habrá gente que esté genuinamente interesada y gente a la que no vas a convencer por más que te devanes los sesos.

En lo personal -por poner un ejemplo fácil de entender-, yo odio la comida líquida, como los caldos y las sopas; así que no puedes esperar venderme un consomé porque simple y sencillamente no estoy interesado. La razón es tan añeja como estúpida y -por supuesto-, no voy a confesarla aquí. Simplemente diré que tiene que ver con un temor que surgió hace muchos años, que me ha perseguido desde entonces. No puedo ni mirar un caldo o una sopa sin que ese viejo temor asalte mis sentidos y es ese temor precisamente el que evita que utilice dicho satisfactor.

Sin embargo, los hábitos adquisitivos de la gente pueden cambiar cuando se presentan circunstancias inesperadas, de las cuáles -el individuo-, no tiene control alguno y que le obligan a seguir la tendencia que marca el punto de inflexión.

Por eso es que conocer los deseos, necesidades y temores de nuestros clientes es tan importante. Nos permiten elucidar estrategias para motivar el consumo de nuestros productos y servicios, reforzando el interés del cliente cuando este -consciente o inconscientemente- desea lo que le ofrecemos, o despertando su interés si se muestra apático.

El Recurso Humano

octubre 24, 2011, 23:36:06 Deja un comentario

Sin duda, uno de los principales pilares de todas las empresas se constituye en su gente. La gente es quien mantiene viva a la empresa y no me refiero sólo a quienes trabajan en ella, o a solo a sus asociados comerciales, ni tampoco únicamente a los clientes, sino a todos ellos en su conjunto.

La gente de una empresa pasa a formar parte del sistema que la hace funcionar. Como en todo sistema, cada una de sus componentes debe funcionar en perfecta sincronía con todas las demás. Si una sola componente falla, es muy probable que el sistema entero colapse.

Por ello, las empresas deben poner especial cuidado en definir el perfil de todas aquellas personas que -de una u otra manera-, se asocian con ellas.

En lo particular, hablando del personal de una empresa, la empresa debe poner especial cuidado al seleccionar candidatos para las diferentes posiciones dentro de la empresa.

Si se coloca en un puesto a una persona que no reúne los requisitos impuestos por el perfil que el puesto requiere, esta persona difícilmente podrá cumplir los objetivos de su puesto y ocurrirá lo inevitable: el sistema no funcionará con el perfecto balance y sincronía que se requiere para cumplir sus metas y terminará colapsando en algún momento.

Mis amigos de «ALDA Recursos Humanos» conocen bien la situación que planteo y poseen la experiencia que se requiere para ayudar a las empresas a optimizar sus operaciones y uno de los aspectos hacia los que ellos orientan sus esfuerzos es precisamente a la selección de candidatos idóneos para los puestos ofrecidos por las empresas, de manera que el mecanismo que las constituye y las mantiene en operación sea el más efectivo.

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La Competitividad

octubre 24, 2011, 23:34:01 Deja un comentario

En un mercado en el que existen diferentes productores de productos y servicios con características similares se hace imprescindible lograr la atención del consumidor destacando las diferencias introducidas en el producto o servicio para hacerlo más atractivo al consumidor. Esta es la esencia de la competitividad.

Para captar la atención del consumidor -en la esperanza de motivar la compra del bien o servicio-, aquellas empresas que compiten por su cuota de mercado eligen diferentes estrategias que -consideran-, harán su oferta más atractiva que las demás.

Suponiendo que la estrategia elegida sea ofrecer precios atractivos al consumidor, esto solo puede lograrse manteniendo bajos los costos de producción del bien, o de desarrollo del servicio. Lograr una reducción de costes está necesariamente ligado a la eficiencia de los procesos, así que -para este fin-, podría recurrirse a la automatización, al diseño de procedimientos sencillos cuyo desempeño sea fácilmente medible y perfectible, a la identificación de los procesos fundamentales, la subcontratación de partes específicas del proceso, etcétera.

Por otro lado, si la estrategia fuera enfatizar el nivel de especialización de los productos o servicios, esto podría requerir la adaptación de la infraestructura operativa a las necesidades específicas de los clientes, el diseño de procesos que cumplan con las normas de calidad exigidas por el cliente, la traslación de las fases operativas a las instalaciones del cliente, la adaptación a los procedimientos de trabajo establecidos por el cliente y un profundo conocimiento de las necesidades particulares de éste.

Así mismo, si el énfasis estuviera orientado hacia las características intrínsecas del producto o servicio, la infraestructura productiva debería estar diseñada para adaptarse a los requerimientos específicos de cada proyecto, debería ponerse un mayor esfuerzo en la innovación ininterrumpida de las características del producto o servicio que se ofrece, se requeriría no solo la capacidad para identificar y comprender las necesidades de los consumidores, sino también para anticiparse a éstas, de manera que el objetivo principal sea crear nuevos mercados, al tiempo que se consolida los ya existentes.

Podrían enumerarse una cantidad de estrategias para diferenciarse. Incluso, hay quienes realizan combinaciones de éstas, pero hacerlo de esta manera frecuentemente es un error que puede resultar fatal.

La elección de la estrategia de diferenciación se hace siempre basada en el conocimiento pleno del nicho de mercado al que se pretende abordar. Una elección inadecuada puede situarle en un nicho en el que su participación sea mínima o enfocarse a clientes con expectativas muy distintas a las que puede efectivamente cumplir.

El crédito

octubre 24, 2011, 22:21:17 1 comentario

Hace un rato, mientras esperaba a que el abogado me atendiera, leí una de las revistas que tienen en el recibidor del despacho.

Uno de los artículos llamó particularmente mi atención. Hablaba sobre cómo hacer un plan para sanear nuestras finanzas personales en lo relativo a los créditos que adquirimos.

Lo que captó principalmente mi interés fue el tope de endeudamiento que todos, como individuos, deberíamos procurar no exceder.

Pero antes de tocar este punto, hablemos del porqué el crédito es importante en nuestras vidas y dimensionémoslo en su justa magnitud.

¿Por qué adquirimos créditos? Es simple. Como individuos, experimentamos necesidades y deseos, así como enfrentamos temores.

Con frecuencia, los satisfactores para nuestros deseos, necesidades y temores, son más costosos de lo que nuestra capacidad adquisitiva puede permitirnos. Entonces es cuando recurrimos al crédito, dado que éste [el crédito] nos da un acceso casi inmediato a dichos satisfactores.

Sin embargo, es bien fácil perder de vista que el crédito también puede ser un depredador salvaje que ataca directo a la yugular de nuestra capacidad adquisitiva.

No está mal tener deseos y -¡por supuesto!-, tampoco podemos evitar sentir necesidades o experimentar temores. Debemos hacernos a la idea de que mientras dure nuestra vida, tener deseos, necesidades y temores es algo inevitable.

Pero ahora es necesario considerar nuestra propia capacidad para cumplir los compromisos que asumimos.

El artículo al que me refiero hablaba de que en base a estudios se ha determinado un techo de un 33% sobre nuestro nivel de ingreso, que debemos procurar no exceder al momento de adquirir compromisos.

Recordemos que nuestro ingreso debe distribuirse no sólo entre aquellos satisfactores que requerimos para subsistir, sino también entre los compromisos que adquirimos.

El artículo proponía elaborar un presupuesto personal en el que consideráramos todos y cada uno de los satisfactores que requerimos para nuestra subsistencia, así como los compromisos que hemos adquirido.

Enseguida, se proponía dar prioridad a nuestros compromisos en la búsqueda de reducirlos en la medida de lo posible, hasta ser capaces de eliminarlos de la lista.

Luego, era menester discriminar entre los satisfactores que adquirimos para ordenarlos por «urgencia»; es decir, dar prioridad a los que son indispensables y determinar de cuáles es posible prescindir.

De esta manera podemos planificar la manera más adecuada de distribuir nuestro ingreso para poder financiar nuestro modo de vida.

El artículo también proponía que deberíamos procurar contar con un excedente que pudiéramos ahorrar o invertir, con el fin de tener una economía sana.

Alguna vez, mientras estudiaba mi maestría -en el grupo-, se tocó el tema de que el crédito es deseable en la economía. Con toda honestidad, siempre me pregunté ¿por qué? ¿No sería mejor acaso no tener deudas?

Hoy lo comprendí completamente. La capacidad adquisitiva que nos otorga nuestro ingreso nos limita a lo que podemos adquirir.

Todas las empresas tienen una misión social que cumplir y para poder realizarla necesitan crecimiento.

El crecimiento no sería factible sin el crédito. Dado que ya hablamos sobre el techo de endeudamiento, es necesario considerar que -con el fin de un funcionamiento óptimo-, si una empresa requiere recurrir al crédito como alternativa de crecimiento, es necesario acotar sus limitaciones adecuadamente, de manera que pueda seguir en el negocio. Tan pronto comience a exceder ese techo de endeudamiento, los problemas empezarán a surgir y se hará evidente que debe sanear sus finanzas.

La búsqueda por el valor

octubre 24, 2011, 22:17:37 Deja un comentario

Hace años leí un libro titulado «The Quest for Value«, de Steward. El mensaje principal es que se hace necesario que las empresas orienten sus esfuerzos a producir «VALOR» para sus accionistas, pues son estos quienes las mantienen funcionando.

Para lograr este objetivo se analizaban [en el libro] muchas alternativas diferentes a través de las cuales esto se hace posible.

Póngase por un momento en los zapatos de un inversionista. Piense que dispone de una suma de dinero que desea mantener en movimiento con el fin de convertirla en un activo que «TRABAJE» para producirle un ingreso a usted.

De hecho, esa es precisamente la razón por la que la gente invierte su dinero.

Pero no se confunda. Una inversión tiene el propósito esencial de generar crecimiento del capital invertido.

Muchas personas piensan que comprar una casa -por poner un ejemplo simple de comprender-, es una inversión. La realidad es que esto es así solo si usted adquiere el inmueble para revenderlo o arrendarlo. Si su idea es adquirir el inmueble para habitarlo, eso no es una inversión, sino un gasto.

De esta manera, si usted dispone de una suma y desea invertirla, lo que debe hacer es utilizar esa suma para que -por efectos del fin al que la destine-, ésta se incremente a través del tiempo.

Hay muchas maneras de lograr este propósito. Usted puede colocarla en un fondo de inversión, puede recurrir a diversos instrumentos de inversión, o puede ponerla en manos de una empresa que la utilizará para reportarle a usted dividendos.

Esto último es precisamente lo que hacen los accionistas. A través de la Bolsa de Valores ponen su dinero en manos de empresas que utilizarán los fondos para financiar sus operaciones.

Como accionista, usted buscará aquellas empresas que mayor retorno de inversión le reporten.

Luego entonces, las empresas tienen el deber de utilizar los fondos que se les confían de la mejor manera posible, con el fin de ENTREGAR «VALOR» a sus accionistas.

Mientras más alto sea este «VALOR», mayor será la confianza que los accionistas depositan en esa empresa y más dispuestos estarán a aportar sus fondos para financiar las operaciones de las empresas.

Por otra parte, las empresas buscan «COMPETITIVIDAD» -y este es un tema que abordaré más adelante-. Para conseguirlo, deben encontrar una manera de ser más eficientes que su competencia en aspectos clave. Algunas lo consiguen ofreciendo a sus clientes tecnología de punta, otras a través de servicios y productos especializados y otras más a través de la eficiencia en sus operaciones.

Sea cual fuere la estrategia que sigan las empresas para ser más competitivas, el trasfondo siempre es INCREMENTAR EL «VALOR» que se entrega a los accionistas.

En mis próximas publicaciones tocaré diferentes puntos relativos a la búsqueda por el «VALOR».

Permanezca pendiente.

¿Por qué deberíamos entender sobre Economía?

octubre 24, 2011, 22:15:50 Deja un comentario

Si eres empresario, la Economía es algo fundamental para ti. Te ayuda a identificar riesgos y oportunidades, Te da un panorama inmejorable de lo que puedes esperar en tus emprendimientos.

Hay tres factores de interés: la Microeconomía, la Macroeconomía y la Economía Internacional.

La Microeconomía te ayuda a identificar oportunidades dentro del contexto de otros empresarios, como tú.

La Macroeconomía te permite visualizar cómo el Gobierno administra los recursos de la Nación.

La Economía Internacional, como es fácil comprender de inmediato, te habla sobre lo que está aconteciendo en el mundo.

Como empresario, muchas veces necesitamos ser capaces de identificar oportunidades de mercado, comprender los riesgos implícitos, visualizar nuevos mercados, analizar los eventos que ocurren en torno nuestro para formular estrategias, en fin, para hacer que nuestros emprendimientos tengan el éxito que esperamos.

Por poner un ejemplo: habrás notado que el precio del dólar americano ha estado oscilando durante las últimas semanas.

Llegó a estar a un nivel cercano a los 14 pesos por dólar luego, comenzó a retroceder y nuevamente ha vuelto la escalada hacia arriba.

Aunque hay muchos y muy diversos factores para provocar estos efectos, los más relevantes -por el momento-, son la situación europea debida a la deuda soberana de países como Grecia -que forma parte de los países del sur a los que los anglosajones denominan peyorativamente PIGS, que son las siglas de Portugal, Italia, Grecia y España (Spain en Inglés)- y a la difícil situación que se vive actualmente en los Estados Unidos, país en el que recientemente todos se regocijaban por un repunte en las ventas, aún a pesar de que persisten diversos problemas estructurales en su economía.

De hecho, dos de las razones por las que la semana pasada el precio del dólar bajo fueron precisamente que la situación tanto de Europa como de Estados Unidos parecía mostrar mejoras.

Sin embargo, se presenta de nuevo el repunte hacia precios superiores y esto se debe -en el caso Europeo-, a que ya se habla de una posible banca rota del gobierno Griego, lo cual refleja su incapacidad para cumplir los compromisos adquiridos. Por otro lado, en Estados Unidos se promueven propuestas para que la FED mantenga las tasas de interés en cero, por lo menos hasta que la tasa de desempleo caiga a un nivel inferior al 7%.

En el caso europeo, la deuda soberana mantiene a la unión en jaque pues es lo equivalente a cuando una persona adquiere demasiados compromisos y se le dificulta pagar los préstamos que adquiere. Sin una administración sana, lo más probable que sea incapaz de cumplir con todos sus compromisos y eventualmente, comenzara a fallar.

En el caso americano, de poco sirve un repunte en las ventas si no se generan empleos. Para que el repunte sea sustentable, se requiere que haya gente con dinero que adquiera los productos que se ofrecen en el mercado. Si hay gente desempleada, que vive de sus ahorros o de la ayuda que el gobierno les da, esta es gente que disminuirá su consumo, por lo menos hasta que pueda volver a contar con la «seguridad» que le otorga un empleo.

Pensando como empresarios, a partir de lo que he expuesto, ¿cuáles serían las estrategias que se te ocurren para tu negocio?

La planeación

octubre 24, 2011, 21:57:31 Deja un comentario

Previo a cualquier acción encaminada a desarrollar un proyecto, es necesario analizar cuidadosamente cada paso que se dará. Cada paso debe acercarnos al objetivo.

La primera pregunta que el planificador tiene que responder es: ¿a través de qué acciones concretas puedo lograr este objetivo que se me plantea? y la siguiente debería ser: ¿existen alternativas?

La respuesta a estas preguntas no es trivial para nada; en la búsqueda por lograr los objetivos planteados, siempre hay un conjunto de acciones que permiten realizarlos pero -a veces-, existen también restricciones presupuestales o de tiempo que es necesario considerar.

Una vez que se ha respondido a la primera pregunta, hay que plantearse los requerimientos humanos, de materiales, de tecnología y económicos para completar cada una de las acciones, así como estimar el tiempo requerido para terminarla.

Tan pronto hayamos logrado la identificación de dichos aspectos, esperamos en posibilidades de enunciar alternativas con las que logremos el mismo resultado.

Tener alternativas nos proporcionará -no solo- una directriz con respecto a lo que debemos hacer en el caso de que se presenten imprevistos, sino también tener un curso de acción que se ajuste más al presupuesto o los requerimientos temporales que se hayan definido.

Solo a través de un conocimiento pleno de lo que pretendemos lograr y de las acciones concretas que debemos desempeñar para este fin será posible garantizar el éxito de nuestros emprendimientos.

La preparación

octubre 24, 2011, 21:48:09 Deja un comentario

Cualquier proyecto que emprendas requiere una cuidadosa preparación. El éxito está detrás de tu capacidad para responder ante los eventos inesperados que siempre se presentan, lo quieras o no.

Antes de una obra de teatro o un concierto, los artistas ensayan. Antes de una conferencia, el orador ensaya; los pilotos de aviones se entrenan en simuladores de vuelo antes de volar el avión real; con la moderna tecnología de punta -incluso- es posible que los cirujanos ensayen la operación antes de practicarla sobre el paciente.

El ensayo permite a tu cuerpo aprender lo que tu mente no le puede enseñar. Por eso es tan importante su contribución al éxito de tus proyectos.

La mente puede comprender los conceptos, pero no puede decirle al músculo como responder en situaciones específicas.

El ensayo permite a tus músculos aprender la reacción que se espera gracias a la repetición constante de los movimientos.

Si -por ejemplo-, realizarás la presentación de una propuesta de negocios, ensayar te ayudará a conectar tu lenguaje verbal, con tu lenguaje corporal, de manera que tus movimientos sean congruentes con tus palabras y esto te haga más convincente.

La preparación lo es todo en cualquier emprendimiento. Aquel que se prepara, logra sus objetivos. El que no, depende de la buena fortuna y esto -la buena fortuna-, no existe.