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La esterilidad de las encuestas presidenciales


El miércoles pasado Ciro Gómez Leyva denunció -sin más-, que las encuestas son estériles, que poco o nada tienen que decir con respecto a lo que veremos el 1° de Julio -o hasta el miércoles 4 de Julio, si el IFE sale otra vez con el pretexto de que las elecciones estuvieron muy reñidas-.

Lo curioso es que esta afirmación de Gómez Leyva es emitida a tan solo unas pocas semanas de las elecciones y -al iniciar el año-, él y sus compañeros hicieron todo cuanto estuvo a su alcance para mostrarnos a un Peña Nieto inalcanzable, gracias a -adivine- las encuestas y -por otra parte, a que el comentario de Gómez Leyva surge a raíz de la difusión de un estudio realizado por la UNAM en el que se señala a López Obrador como un serio contendiente para Peña Nieto.

En otras palabras -y haciendo exactamente la misma pregunta que se hacen muchas personas en el Pueblo de México-, ¿será que mientras las encuestas muestren al favorito de Televisa como puntero son efectivas  y totalmente incuestionables y cuando comienzan a mostrar la realidad -de pronto-, se han vuelto estériles?

La realidad es que todo estadista que no haga uso de las herramientas y los métodos estadísticos, no tiene mucho futuro en los cargos públicos. La estadística no solo tiene la virtud de proporcionar lecturas precisas de lo que acontence en un Pueblo, sino que -además-, permite hacer predicciones a través de las cuáles se planifiquen estrategias.

Las estadísticas siempre pueden mostrar lo que queramos. Si se levantara una encuesta para determinar la intención de voto en el Estado en el que vivo, seguramente arrasaría el PAN. Si esta misma encuesta se realizara en el DF, el vencedor sería el PRD.

Es decir, una encuesta puede ser excelentemente diseñada en cuanto a contenido, pero aplicada a una población que favorezca una determinada respuesta, con lo que el resultado que se obtenga presentará una clara tendencia.

Esto se puede prevenir asegurando que el muestreo es aleatorio y -para este fin-, es necesario aplicar esta encuesta a una población de mayor tamaño, de manera que los resultados sean en verdad representativos.

Por otra parte, para asegurar la consistencia de las distintas encuestas que apuntan a un determinado resultado, pueden efectuarse distintas pruebas de muestreo, de manera que se compruebe qué tan consistentes son los resultados de las diferentes encuestas y se perfile una tendencia.

A todo esto hay que añadir los continuos señalamientos -principalmente, contra Consulta Mitofsky-, en el sentido de que las encuestas que ha publicado señalando a Peña Nieto como puntero, «olvidan» pequeños detalles como los indecisos y a aquellos que se negaron a responder, así como hacer una correlación con elecciones anteriores para dicernir posibles tendencias de estos mismos grupos.

El punto es que -efectivamente-, podríamos consultar distintas encuestas -cada una con resultados completamente divergentes-, tan solo para terminar seleccionando aquellas que dicen precisamente lo que queremos ver y descalificando automáticamente a todas las encuestas que nos sugieran lo contrario.

Estamos actualmente en una guerra de percepciones. Cualquier encuesta que tomemos en este punto puede favorecer a uno u otro candidato, sin que esto implique una certeza sobre sus supuestas ventajas.

La gente -incluyéndome-, ha decidido hacer más caso a encuestas independientes por considerarlas «más realistas», basados en el supuesto de que -al ser independientes-, reflejan con mayor exactitud el sentir popular.

Sin embargo, el término clave sigue siendo el de «guerra de percepciones» y no debemos perder de vista que los partidos políticos pueden estar influyendo en los resultados que las encuestas nos muestran haciendo que militantes o simpatizantes de dichos partidos se ofrezcan como voluntarios para dar las respuestas que les favorezcan.

Para poner un ejemplo, hace tan solo un par de semanas, la encuesta independiente de http://www.elección2012mexico.com mostraba a AMLO con vencedor, hace una semana, lo colocaba en segundo lugar, con el PAN y el PRI disputándose el primer puesto y esta semana, se muestra al PAN con el primer lugar, al PRI con el segundo lugar y a AMLO en tercer lugar.

Ahora bien, existe también el proyecto «Urna Abierta» en http://www.urnaabierta.org.mx, en el que desde hace ya varias semanas AMLO se ha mantenido con una preferencia de más del 45%.

No tiene caso hablar de las encuestadoras oficiales porque ya sabemos que todas ellas le dan ventaja a Peña Nieto.

¿A quién hacerle caso entonces?

La respuesta es bastante simple: A su propia opinión.

No tiene sentido caer en la manipulación que tanto los medios como los partidos insisten en hacernos caer. Sea fiel a sus principios y vote por lo que considere mejor para el país, no por lo que tanto medios como partidos pretendan decirle que es mejor.

Si desea contactar al autor, puede escribirle a manuelmanrique@comocrearnegociosexitosos.com.

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  1. junio 22, 2012, 19:18:10 a las 19:18

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