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Arrebato de pasión o escrutinio objetivo


En una de las publicaciones que acabo de leer -en Facebook- y que no encuentro, uno de los jóvenes del Yo Soy #132 se preguntaba por qué la gente se enoja con ellos si se están comportando a la altura.

Las razones para ello pueden describirse así:

Vivimos en un pueblo que -aunque muchos lo negarán, sin darse cuenta de que esta memoria no es de la clase de memoria intelectual, sino de la clase de memoria genética-, no puede dejar atrás la herencia, producto de un choque de culturas, en la que el conquistador opresor azotaba a latigazos al indio desobediente porque se negaba a adorar al dios blanco y barbado, que yacía colgando de una cruz, e insistía en adorar a sus ancestrales dioses de piedra.

Vivimos en un pueblo dormido, sometido a un sopor cultural, impulsado principalmente por el mercado de la fe, un pueblo al que le vendieron espejismos y fue feliz y que aún hoy, le venden esperanzas y es feliz y que al igual que antaño, le arrebatan el oro pero sigue feliz porque le regalan un espejo.

Esta gente se enoja, porque es gente que aún está adormecida, quizas por su pereza intelectual, tal vez por el bagage cultural, pero es gente que apoya candidatos como si se tratara de irle a un equipo de futbol.

Es gente con pereza intelectual porque no se toma la molestia de escrutar la oferta política y de compararla con el statu quo de la situación económica del país, para comprender que le ocurriría a la economía si el candidato de su preferencia ganara y en verdad cumpliera sus promesas.

Si Peña Nieto ganara, lo que veríamos sería un endeudamiento sin precedentes y una economía colapsada gracias al entreguismo hacia los mercados internacionales. No veríamos crecimiento, aunque si la ilusión de éste. Habría oportunidades, pero repartidas de manera desigual, aunque el pueblo compraría la ilusión de la equidad, una equidad tan cierta como la que nos vendió Salinas de Gortari al decirnos que México era un país del primer mundo.

Si Vazquez Mota ganara, veríamos un enorme gasto público sustentado mediante impuestos, no me queda claro si mediante más y nuevos impuestos, o impuestos más caros o una combinación de ambos. Veríamos una guerra interminable que no se puede auditar, pero mantendríamos las reservas más grandes de la historia, pero aún reservas de dólares y no de metales como la plata y el oro. Reservas de la modena -el dólar-, del país más endeudado del mundo -Estados Unidos-. Reservas que solo sirven para proteger a Wall Street contra sus descalabros. Veríamos una economía estable, si, de la que no nos dicen que es estable porque está estancada y lo peor no es que esté estancada, sino que esta estancada en un nivel inferior al nivel de pleno empleo.

Si López Obrador ganara, veríamos una economía altamente dependiente del erario, que tolera la inversión privada pero la acota al mismo tiempo, con la posibilidad real de traer justicia social aunque a un costo que podría ser muy alto, como está ocurriendo en Europa, donde -como siempre-, todo el tiempo hacen las cosas antes que nosotros, así que -si queremos-, podemos ver al futuro con solo voltear al otro lado del Atlántico.

Si Quadri ganara, veríamos una economía liberal, totalmente dependiente del mercado que -si bien-, podría propiciarnos mejores condiciones de desarrollo, también tiene un alto riesgo de colapso, ya que estaría sujeta a las leyes y condiciones del mercado.

Con esa información, yo ya he tomado una decisión y -comparando-, me parece más senzata la propuesta de la Izquierda Progresista que las demás y creo -sinceramente-, que las opciones oficiales -PRI y PAN-, serían la peor de las apuestas.

He ahí mi opinión, objetiva, sin la mortecina luz de la pasión.

Esto es lo que los ciudadanos deberíamos hacer: COMPARAR.

Si desea contactar al autor, puede escribirle a manuelmanrique@comocrearnegociosexitosos.com.

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